«Espero que el Sporting de Tejada sea el mejor que hemos visto». Iñaki Tejada (Bilbao, 19-11-65) vivió ayer el día más importante de su carrera deportiva. Tras ocho temporadas como segundo entrenador de tres técnicos diferentes, el vizcaíno se convirtió en el máximo responsable del primer equipo del Sporting. Tejada comparece solo, vestido de calle, sin símbolos del club y sin respaldo institucional alguno. «Esta mañana me han llamado para que subiera a hablar con el gerente y el presidente y me comunicaron que tenía que coger el equipo», así fue como supo de su nombramiento. Lo que ignora es de cuánto tiempo dispone para demostrar que está capacitado para dirigir al Sporting. Tampoco se lo plantea: «No pienso ir más allá del domingo, ni lo voy a preguntar. En lo único que pienso es en Osasuna».

La marcha de Preciado trajo consigo la salida del club de su hombre de confianza, Josep Alcácer, y el ascenso de Sergio Sánchez, que ejercerá como ayudante de Tejada. El primer movimiento del técnico vasco, una vez resuelto el asunto de sus ayudantes, fue mantener una reunión con los capitanes en la que «les he indicado lo que iba a hacer y he tirado de ellos para que me ayuden con el grupo».

Tejada se enfrenta a la gran oportunidad de su vida, aunque el técnico prefiere no verlo así. Por supuesto, tampoco lo considera un marrón. «Estar en el Sporting no puede ser una papeleta. Considero que es una gran suerte estar en el Sporting, no ya como primer entrenador, sino simplemente estar», señala.

Tejada entra suave en el vestuario del Sporting y advierte de que se equivoca aquel que piense que va a haber grandes revoluciones. «El Sporting del domingo se va a parece mucho al de los últimos años, porque sólo quedan cuatro días y hay que sacar todo lo bueno que tiene este equipo y a partir de ahí poner el granito de arena», detalla. Iñaki Tejada tiene en mente el equipo que quiere, pero sabe que una remodelación profunda precisa tiempo y lo más urgente ahora es sumar los tres puntos.

El consejo de administración puso al nuevo entrenador al tanto de las negociaciones que se mantenían abiertas a lo largo de la jornada. «No sé si llegarán refuerzos, ahora sólo pienso en la gente que tengo disponible», comentó, pero, ante la insistencia de las preguntas, acabó reconociendo que sí le habían pedido opinión sobre los posibles fichajes.

Tejada se mantiene también al margen de los continuos rumores que apuntan a que el club está negociando con otros entrenadores. Tejada asegura a este respecto que «el objetivo de cualquier entrenador tiene que ser el de dirigir al Sporting y tiene que estar preparado para ello».

«He oído hablar de ti muy bien y muy mal». Éstas fueron las primeras palabras que Ciriaco Cano le espetó al que sería su segundo durante la última temporada que dirigió al Sporting. Durante tiempo, a Iñaki Tejada le precedía cierta mala prensa, que ha sabido quitarse de encima a base de años de dedicación silenciosa. Ignacio Tejada Fernández (19 de noviembre de 1965, Bilbao) fue cachorro en la cantera de Lezama. Con el Athletic juvenil se proclamó campeón de España juvenil y llegó a jugar en el Bilbao Athletic de José Ángel Iribar, del que pasó al Sestao de Jabo Irureta. Antes de colgar las botas con sólo 27 años, defendió la camiseta del Marbella, Hospitalet, Gandía y Lugo.

Llegó a Gijón por amor, ya que está casado con una asturiana, y aquí decidió formarse como técnico. Fue el número uno de su promoción en la escuela de entrenadores de Asturias y el Sporting le fichó para el campus de verano. En Mareo fue subiendo los peldaños hasta llegar a ser el segundo de Marcelino en el filial. Con el técnico de Careñes dio el salto al primer equipo.

De nuevo se quedó en Gijón por amor, cuando Marce le invitó a seguirle en su aventura en el Recreativo. Escogió conservar su puesto como empleado del club y que su mujer no tuviera que cambiar de trabajo. Fue segundo entrenador de Ciriaco y también de Preciado, aunque con el cántabro ha perdido protagonismo a medida que pasaban los años. El aislamiento fue total desde la llegada de Josep Alcácer. Ahora vuelve a situarse en el centro de los focos. Han pasado los años y en Mareo ya sólo se escucha a los que hablan bien de él.