Si alguien pensaba que Iñaki Tejada tendría algún problema de autoridad para hacerse respetar en el vestuario rojiblanco, el técnico bilbaíno lo dejó claro en muy pocos minutos. «Consiguió callar a la gente», comentaba impresionado un aficionado que seguía la sesión. La voz de Tejada resonaba durante todo el entrenamiento con continuas correcciones, como la que recoge la imagen que le hace a Canella.