Adrián Colunga se ha encontrado con un Sporting en plena tormenta. Un cambio en el banquillo, un vestuario dividido y un grupo de aficionados increpando a los futbolistas. Es lo que pasa cuando la pelota no entra y el equipo cae al pozo de los puestos de descenso. El delantero asturiano no se arruga y se declara experto en situaciones dramáticas. «Vengo en una situación que conozco porque la he vivido en otros equipos», reconoce, y apunta que la receta para la salvación pasa por «estar unidos, ir de la mano partido a partido e intentar sumar todos los puntos que podamos». Adrián recuerda que «cuando firmé por el Zaragoza necesitábamos hacer números europeos en la segunda vuelta y salvamos al equipo. Ahora estamos en mejores condiciones».