Otro partido un domingo a las 12 del mediodía y es que las televisiones imponen los horarios porque para eso pagan.

En el debut de Iñaki Tejada como primer entrenador del equipo, tras el relevo de Preciado, y del delantero Adrián Colunga, fichado en el mercado de invierno, nos visitaba un rival complicado, Osasuna, un equipo fuerte, rocoso e incómodo.

Salió el Sporting con ganas, intentando llevar la iniciativa, con una defensa más adelantada, para presionar más arriba e intentar embotellar al rival, aunque con algunas imprecisiones lógicas, pues no es fácil jugar en poco espacio.

El partido estaba igualado, pero, poco a poco, el Sporting se hizo dueño del balón y a base de una gran presión y lucha fue creando alguna ocasión. Hasta que se culminó la jugada en la que centró Nacho Cases y Carmelo remató de cerca para marcar gol (1-0). Estaba hecho lo más difícil en el minuto 32: abrir la lata. Osasuna intentó estirarse algo, pero no inquietaba porque los locales aguantaban sin problemas.

En la segunda parte el Sporting, no sé si por el desgaste físico de la primera mitad, por el empuje de Osasuna, o por todo un poco, se echó más atrás y el control fue del equipo rojillo (vestido en esta ocasión de azul). Los rojiblancos aguantaban sin mayores apuros, salvo algún incordio del escurridizo Nino, que salió tras el descanso.

El Sporting fue haciendo cambios para sacar gente de refresco y mantener el resultado. Sin embargo, todo se fue al traste en el minuto 77 con el centro por la derecha de Marc Beltrán, que remató de cabeza el grandullón Lekic, ante una defensa un tanto descolocada.

Fue un mazazo y, pese a que los gijoneses lo intentaron, había pocas fuerzas y era difícil la remontada. Osasuna dio la sensación de conformarse con el resultado. Fue una pena, pues si bien el Sporting no hizo un gran partido, Osasuna apenas tiró a puerta y la victoria estuvo muy cerca.

Sobre el árbitro, Pérez Lasa, decir que perdonó a Osasuna al menos tres o cuatro tarjetas amarillas. Casi todas en la primera parte, porque al principio permitió entradas duras que luego ya no pasó por alto. Ahora hay que pensar en el lado positivo, el Sporting demostró que puede ganar a cualquiera.