Mientras el oviedismo se tiraba de los pelos por la lesión de Xavi Moré, otro extremo afilaba sus armas en silencio en El Requexón. Moré había sido decisivo en el inicio de campaña, hasta el punto de inclinar el juego ofensivo del Oviedo al flanco derecho. Nano, entonces, fue afinando su forma. Tras una primera temporada en la que sólo se había salvado en la recta final, el zurdo se tomaba la campaña con la necesidad de reivindicarse.

Las últimas semanas han servido para ver al mejor Nano. A sus cualidades físicas ya conocidas, el andaluz suma ahora un nivel de confianza que le hace al mismo tiempo repartir asistencias y sumar goles importantes. Ahora, el ataque azul parece tener su vía de acceso por la banda izquierda.

-Setién dijo el domingo que no sabía qué hace en Segunda B. ¿Cuál es su tara?

-(Risas). No lo sé, me enteré de sus palabras por lo que vi en la prensa. Es de agradecer que ensalcen el trabajo de uno, pero no me voy a volver loco por esas palabras. Sí que es cierto que no es normal que el entrenador del equipo rival individualice el trabajo de un contrario.

-¿Salió contento de Lugo?

-Depende de cómo se mire. No podemos dar por malo el punto logrado, pero la sensación es que el Lugo se nos escapó vivo. Sobre todo porque nos pusimos delante en el marcador en dos ocasiones y siempre hemos sido un conjunto al que es complicado levantar el resultado. Por eso escuece un poco el empate.

-Pareció un partido de otra categoría.

-Ya cuando salimos a calentar al ver la grada con los aficionados del Oviedo me acerqué a Juanma y le dije que era un partido especial, que parecía de play-off. La grada le daba un aspecto espectacular por parte de las dos aficiones, es muy bonito vivir encuentros así.

-Partidos así les servirán como experiencia de cara al play-off.

-Cada partido con equipos de la zona alta es como de eliminatoria de ascenso y hasta ahora las cosas no nos han ido nada mal. Hemos sacado buenos resultados como norma general. Es gratificante notar ese ambiente. Tengo ganas de ver al Tartiere apretando en un play-off.

-Se le ve cómodo en el campo.

-Es mi mejor momento desde que estoy en el Oviedo. Al final del año pasado, en los últimos diez partidos me encontraba muy bien, pero los goles de ahora son lo que fortifican el apartado anímico. Ahora me está viniendo todo de cara. Estoy bien de confianza y en el aspecto físico.

-¿Fue el gol su asignatura pendiente el año pasado?

-Sí. Muchas veces fue por una cuestión de confianza. La temporada pasada no me atrevía tanto a tirar y en un extremo tan ofensivo como yo debe ser un punto fuerte.

-Su mejor momento ha coincidido con la lesión de Xavi Moré.

-Xavi es una pieza fundamental en nuestro juego y no fue nada agradable que un futbolista de su categoría se lesione. Ojalá que ahora Paul, Jandrín o Teo sean importantes.

-Hace un año lo pasó mal porque no se veía al mejor Nano.

-Eso ya forma parte del pasado, pero los malos momentos también te sirven para hacerte más fuerte. No fueron momentos agradables. No me encontraba bien en los partidos y en los entrenamientos intentaba dejarme el alma porque sabía que la suerte tenía que cambiar. Luego llegaba el domingo y no pasaba...

-¿Llegó a desesperarse?

-Le das vueltas a la cabeza, no lo voy a negar. En el momento del partido y al terminar te preocupa que no salgan las cosas, pero después sólo te queda seguir trabajando, es que no hay otra salida. Simplemente piensas en pulir los errores y que cambie la suerte.

-Hasta que llegó Pacheta.

-Ahí se vio mi mejor versión. Me benefició su nombramiento como entrenador porque la forma de jugar que él propone es perfecta para mis condiciones.

-Su nivel físico actual impresiona hasta a los contrarios.

-Físicamente no he tenido molestias en todo el año, salvo el cuádriceps que me dio algún problema en pretemporada. Es básico para que la confianza siga intacta.