Oviedo, José PALACIO

«Fueron cuatro meses muy duros, pero ya estoy listo para volver», aseguró ayer desde Madrid el árbitro asistente asturiano José Manuel Fernández Miranda, que el pasado mes de octubre sufrió un ictus cerebral en Italia, el día previo al encuentro Italia-Irlanda, valedero para la clasificación de la Eurocopa, en el que iba a formar parte del equipo arbitral encabezado por Mateu Lahoz. Cuatro meses después, Fernández Miranda ha dado el paso decisivo al superar las pruebas físicas que le permitirán volver a disfrutar de su pasión.

El arbitraje asturiano está de enhorabuena una vez más. Tras los casos conocidos de Hugo Novoa y Pablo Nanclares, que superaron dos graves problemas de salud, ahora es Fernández Miranda el que deja atrás una enfermedad, en un proceso que asegura que le hizo más fuerte.

Tras pasar por la uvi y diez días ingresado en el Hospital Central de Asturias, José Manuel Fernández Miranda (Oviedo, 12 de marzo de 1976) concentró todas sus fuerzas en superar una larga recuperación. Fueron jornadas maratonianas, entre seis y siete horas diarias con un único objetivo: volver a ser el de antes. «Tuve que aprender a caminar de nuevo. El ictus me afectó a la coordinación del movimiento y tenía muchas dificultades para andar. La rehabilitación era clave. Caminar y el gimnasio eran mis únicas ocupaciones». Fernández Miranda asegura que «empecé a andar con muletas, pero cada día iba progresando y eso me ayudó, en especial en el aspecto anímico. En esos momentos la familia, en especial mi mujer y mis dos hijos, fueron un apoyo fundamental y me dieron una fuerza muy especial».

Con una buena progresión física, en diciembre llegó el momento de superar otra prueba. Había que empezar a entrenarse con sus compañeros de arbitraje. Por la mañana acudía a las pistas de Las Mestas, en Gijón, para entrenarse junto a César Muñiz y Francisco Villanueva y, por la tarde, lo hacía en Oviedo, en el gimnasio, junto a su preparador personal, José Manuel. Sobre estos apoyos, a los que Fernández Miranda está «muy agradecido», cimentó una gran recuperación hasta el punto de que, en poco más de dos meses, ya estaba en condiciones de presentarse a las pruebas físicas para volver al arbitraje. Las superó el pasado miércoles en Madrid y ahora está sólo a la espera de la designación, que podría ser para la jornada del próximo fin de semana, para volver a los terrenos de juego.

Fernández Miranda indicó que no tenía miedo a los exámenes físicos porque «los entrenamientos que realizamos van encaminados a superar esas pruebas. Los tests que hacía en Asturias eran buenos y no tenía dudas, sabía que los iba a pasar».

A la hora de echar la vista atrás, el asistente arbitral, empresario del sector de reparación de maquinaria y telecomunicaciones, reconoce que cuando sufrió el ictus «el susto fue muy grande. Comencé a sentirme mal, con mareos y vómitos, y no sabía lo que me pasaba. Afortunadamente, me recuperé y no me han quedado secuelas y eso hace que ahora valore más todo lo que me rodea, en especial los amigos y la familia».

Fernández Miranda, que ha sido juez de línea en partidos de la Liga de Campeones, de la UEFA, en encuentros de selecciones y también en partidos de máximo nivel de la Liga española, como un Barcelona-Real Madrid, no quiere desaprovechar la oportunidad «para agradecer a los médicos y enfermeras de la planta seis del Hospital Central de Asturias todo el apoyo y atención que me prestaron en unos momentos muy duros».