Oviedo, Á. FAES

Lo que los felices aficionados que llegaban al Palacio de los Deportes intuían como un paseo empezó a complicársele a Ferrero cuando a Kukushkin se le pasó el susto de jugar contra un ex número uno del mundo. Se creció el kazajo, pero el español supo sufrir, controlarse y cambiar el ritmo de su tenis cuando se vio en el quinto set con un 2-0 en contra. «Eso no lo hace cualquiera, es un jugador que tiene algo especial y lo ha demostrado. Los jugadores normales no ganan estos partidos». El elogio del capitán de estreno, Álex Corretja, sonó a gloria al «Mosquito», castigado por las lesiones y ahora rehabilitado. Tiene margen para estirar su carrera y tardes como la de ayer le llenan de confianza.

«Me ha hecho sufrir más de la cuenta. La gente pensaba que los kazajos eran rivales sencillos, pero nosotros sabíamos que tenían mucho peligro», explicó Ferrero, mientras Nico Almagro liquidaba el primer set. No le gustaron a Ferrero las quejas del kazajo. «Este frío no es normal para una eliminatoria de Copa Davis y la iluminación está mal orientada y molesta al sacar», lamentaba Kukushkin, afectado por la paliza sin resultado que se había metido.

Después, ya entrada la noche, Nico Almagro celebraba por fin su presencia en el equipo. «Sabía que si no estaba es porque teníamos otros enormes jugadores».

Con el antiguo capitán, Albert Costa, se llegó a generar cierta polémica por algún comentario del murciano, más cercano al malentendido. Ayer lo zanjaba de la manera más rotunda posible: «Esta victoria se la dedico a él». Lo dijo con todo el cariño y cargado de sinceridad.