Gijón, J. E. CIMA

Javier Clemente tuvo una primera jornada, como entrenador del Sporting, muy ajetreada. Desde su presentación al mediodía y tras una hora respondiendo a preguntas de los periodistas, para luego ir a comer con el presidente, Manuel Vega-Arango y el director general, Alfredo García Amado a Casa Gerardo en Prendes. De ahí pasó a encerrarse con los futbolistas de 18.00 a 20.10 horas en el salón de Mareo que está encima de los vestuarios. Fue su primera clase sobre el fútbol que quiere practicar y la disposición que deben tener sus futbolistas, que ayer fueron llamados en jornada de descanso.

El técnico de Baracaldo llegó a Mareo (17.45 horas) acompañado de Manuel Vega-Arango y Alfredo García Amado, y rápidamente le presentaron al cuerpo técnico, compuesto por los entrenadores Iñaki Tejada, Abelardo e Isidro, y el preparador físico, Gerardo Ruiz. Después ese grupo de técnicos pasó al salón de reunión de los futbolistas y, tras la presentación, durante dos horas y diez minutos tomó la palabra el ex seleccionador nacional. Fue la primera «clementina».

«Habla claro y directamente sobre lo que quiere», comentaba un futbolista. «Estuvo bien, aunque igual se hizo un poco largo», señala otro. La realidad es que los jugadores llevan dos semanas de muchos cambios entre primeros y segundos técnicos y encima acumulando malos resultados. Nadie había vivido algo tan convulso en un club, si exceptuamos a Sangoy cuando estuvo en Chipre, aunque allí todo eso es casi normal.

Los futbolistas salieron de la reunión con las ideas claras de lo que pide el nuevo técnico y que empezarán a practicar desde esta mañana, a las once. Incluso Clemente, tras la salida de los jugadores, quedó reunido en el mismo salón con el cuerpo técnico más de media hora, indicando cómo quiere que actúe el equipo.

Con Quini mantiene el técnico una buena amistad. Ambos ya jugaron juntos de juveniles con la selección española ante Alemania en el campo murciano de La Condomina y después, en la vuelta, en terreno teutón. Aunque más tarde ambos vivieron experiencias como jugadores profesionales en el Athletic de Bilbao y Sporting, para pasar después a la historia uno como gran goleador (Quini) y el vasco como técnico tras abandonar el fútbol por lesión. Y en los últimos años se encontraban, con Quini de delegado del Sporting y Clemente de técnico rival.

Con Abelardo también tuvo mucha relación de cuando era seleccionador. Lo llevó a mundiales y europeos y también lo tuvo de rival cuando «El Pitu» jugaba en el Barça y el vizcaíno entrenaba a equipos de Primera. Sin embargo, al que ya tuvo bajo su mando el entrenador Clemente fue al ex portero Sergio Sánchez cuando el vasco dirigía al Español y el guardameta de Carbayín estuvo con los periquitos en la campaña 2002-03. Ahora es un técnico de la cantera rojiblanca.

La jornada fue pródiga en anécdotas, como cuando Clemente llegó a Mareo en su coche por detrás del presidente y le dijo: «Voy a tardar tiempo en saber el camino para venir a entrenar». A lo que el mandatario gijonés respondió: «No te preocupes, que lo aprenderás pronto». También un aficionado quiso sacarse una foto con Clemente y tuvo que hacer de improvisado fotógrafo el director general, Alfredo García Amado. Otra anécdota fue cuando Clemente llegaba un poco encorvado y un aficionado en Mareo cercano a los 70 años exclamó con una sonrisa «míralu, ye pequeñín y parez que tien 80 años».