Avilés, M. B.

Rubén Álvarez tiene la última palabra ahora en las decisiones sobre el primer equipo, eso lo tienen claro tanto Mijares como él, pero el técnico sabe valorar la experiencia de la entrenadora durante 25 años: «Será un trabajo a dúo aunque yo decida al final», señala. Álvarez lleva tres temporadas siendo la mano de derecha de Mijares y hasta hace dos meses compaginaba su condición de segundo en el ADBA con el entrenamiento de los equipos de base del Avilés Sur.

Afirma que ha aprendido mucho de Mijares, a dirigir los partidos y conocer mejor a las jugadoras, y sobre todo entender el baloncesto femenino: «En un principio pensaba que era muy diferente del masculino, pero la verdad es que es bastante parecido.

Hay dos cosas que Álvarez destaca de ella: «La primera es que no se le escapa una. Está pendiente de todo y lleva todo a rajatabla. La segunda, que sabe dar a las jugadoras la confianza que necesitan». Son dos de los muchos aspectos de la entrenadora que el técnico quiere imprimir a su dirección.

La temporada no es fácil. El técnico quiere centrarse en lo deportivo y tiene la experiencia para hacerlo: «Me recuerda bastante a la primera temporada que estuve en el equipo. No pudimos hacer una campaña brillante y estuvimos en medio de la tabla todo el tiempo».

Mijares confía plenamente en él: «Era el paso normal que él dirigiera al equipo. Cuando me operaron la pasada temporada ya lo hizo y después de las bajas que tuvimos en Navidad, decidimos que era el momento idóneo para que cogiera al fin el equipo», explica la entrenadora.