Tras las últimas novedades, con la llegada por sorpresa de Javier Clemente al banquillo de El Molinón, intentando ser un revulsivo tras el varapalo de Valencia, venía a Gijón nada más y nada menos que el Atlético de Madrid. Un equipo que con Simeone en el banquillo no pierde partido y venía de ganar en Italia a la Lazio por 1-3 en jornada correspondiente a la Liga Europa. Un rival en plena forma.

El Sporting jugó como suelen hacerlo los equipos de Clemente, con mucha presión, lucha y entrega, ante un rival técnicamente superior, pues para eso tiene un presupuesto mucho mayor. Por ejemplo, la estrella Falcao, que costó más de 40 millones de euros.

El partido en sí puede decirse que fue jugado de poder a poder, con un mayor dominio de los gijoneses en la primera parte y de los colchoneros en la segunda.

Pronto los de casa recibieron un mazazo con el gol en propia puerta de Canella, al intentar despejar un disparo de Adrián López que no iba entre los tres palos. Era el minuto 19 y el partido se ponía muy difícil.

Pero el Sporting, a base de lucha y pundonor, no se dio por vencido y Gregory echó fuera por poco un remate de cabeza. Era el primer aviso. El segundo fue en el minuto 36, en un centro por la izquierda de Adrián Colunga, que toca en semifallo Botía y Eguren, con la izquierda, batió de cerca y por raso al meta Courtois. Era el 1-1, que al final sería definitivo. El Atlético de Madrid también tuvo alguna ocasión que desbarató Juan Pablo, uno de los más destacados, antes de llegar al descanso.

En la segunda parte, el despliegue físico del Sporting se iba apagando y Clemente reactivó un poco el equipo con los cambios de Trejo por Carmelo y al poco de Rivera por André Castro. A falta de 12 minutos, Bilic entró por Barral. El Atlético de Madrid tuvo dos o tres ocasiones que Juan Pablo resolvió de manera brillante. El Sporting nunca se descompuso y a base de lucha y entrega también tuvo alguna ocasión.

En resumen, un partido que acabó en empate y que puede darse por bueno, dada la entidad del rival. El público, muy bien, animando al equipo y reconociendo la entrega de todos. Por lo que respecta al árbitro, decir que siempre benefició al Atlético de Madrid, pues, por ejemplo, Gabi antes de la media hora de juego ya debió ser expulsado por reincidencia en las faltas. Sin embargo, las tarjetas siempre iban para los sportinguistas.

Ahora toca mantener este espíritu y esta lucha, que será el camino que nos podrá conducir a seguir en Primera la próxima temporada.