Javi Clemente aprovechó el final del entrenamiento de ayer del Sporting para sentarse sobre el balón en el medio del campo número 2 de Mareo rodeado de los jugadores y arengarles para que sean más atacantes. Más de media hora estuvo el entrenador del Sporting con sus discípulos, también sentados sobre el césped, pero bien atentos y sin pestañear a sus palabras mientras realizaban algún estiramiento.

El resto del cuerpo técnico también estaba presente en esa conversación en la mañana soleada, en la que Clemente reclamaba más compromiso de los jugadores. «¿Dónde está la ambición de este equipo de robar el balón y atacar a toda velocidad?», les preguntaba a toda la plantilla.

El de Baracaldo daba su visión del juego que se hizo en Santander frente al Racing e incluso en ese entrenamiento-partido realizado entre la plantilla separados por petos verdes y amarillos. «El ataque empieza ya desde la línea defensiva, donde hasta los centrales tienen que adelantarse cuando recibe nuestro portero el balón para contraatacar rápido todos en bloque. Hay que presionar todos en grupo para robar el balón y, cuando se consigue, igualmente en bloque atacar todos», reclamaba.

Al no hacerlo así, Clemente les reconocía a los futbolistas que «si dejamos replegar al rival, ¿cómo vais luego a realizar cuatro pases seguidos? Ante un equipo armado atrás y esperando ya es muy difícil entrarle».

Eso no indicaba que el nuevo entrenador del Sporting diga que sus jugadores no se entreguen, pero sí que «se corre mucho, pero no bien». El técnico llegó a puntualizar detalles en determinados puestos y jugadores de la delantera, como del centro del campo y también de la defensa. «Lo importante es cuando se robe el balón atacar con mucha velocidad para sorprender. Incluso se debe correr sin balón para ganar unos 16 metros con el fin de que allí se os pueda mandar el balón», también argumentaba.

La visita al Nou Camp ante el temible Barcelona también formó parte de esta demanda de ambición por parte del técnico: «Parece que somos una cuadrilla de tristes y me tocaría los coj... que nos digan que somos cobardes. Así que vamos a ir a atacar y a divertirnos y luego ya veremos lo que pasará».

También en ese corrillo que formaron en el centro del campo Clemente discrepó de que en su equipo «esto no es a ver quién toca más veces el balón. Ni es darla en largo y ya desentenderse de la pelota. ¿Si jugamos así, cómo queréis ganar? Lo que tenemos que hacer es atacar en grupo y con velocidad para hacer daño al rival».