Que la gente se espabile», sentenció el miércoles Vicente del Bosque, seleccionador español, después de la goleada ante Venezuela. La gente son los jugadores que no han sido llamados y que presionan desde sus particulares centrales lecheras, en frase acuñada en memorable ocasión por Pep Chanel Guardiola, para que se les haga un hueco en la lista de veintitrés para la Eurocopa. La gente tiene que espabilarse como Soldado, a quien el seleccionador da cuarenta minutos y los aprovecha para marcar tres goles y fallar un penalti. Soldado es un espabilado en el mejor sentido de la palabra. Años ha, y perdón por sintonizar el canal historia, un padre confesó que si su hijo no jugaba el domingo con el Sporting se lo llevaba a casa. El entrenador hizo caso a la demanda y el jugador se hizo con el puesto hasta que fue traspasado por una cantidad de dinero muy estimable.

Hay, sin embargo, otro tipo de espabilados que no será necesario nombrar. Pero, si pregunto, ¿molesto?: ¿qué está pasando entre la leyenda de la ciudad sin nombre y el club que lo lanzó al estrellato para que antes de un mes de romper relaciones las partes estén ya en los tribunales ordinarios? Alguien tendrá que explicar a qué se debe tal urgencia para reclamar lo que sin duda es de una de las partes. A ver si va a resultar que el valle de lágrimas, como tantas otras historias, no fue más que una función de teatro. Tremenda ruptura, damas y caballeros. Ni un mes ha transcurrido y ya están sus señorías prestas para entrar en acción.

Pero la cuestión crucial sigue siendo la de los puntos, los puntos que se dejaron de sumar en la época anterior. Y resulta que los próximos tres que se ponen en disputa son los del Camp Nou, donde quieren meter presión al líder de la Liga aunque se les haya ido en diez puntos. El Sporting está tan necesitado de puntos que todo lo que saque del partido de mañana, en el que no podrán estar ni Messi ni Busquets, será una especie de bendición del cielo porque rearmaría la moral de un equipo que ha perdido a Adrián Colunga para varias jornadas por una lesión muscular. Al parecer, Clemente estudia que sea Mendy el sustituto, lo que prueba que el entrenador anda sobrado de decisión y capacidad de riesgo. Tampoco es que tenga tanto donde escoger.

Quien más quien menos considera que marzo va a ser el mes definitivo para la solución de gran parte de los asuntos relativos a la Liga, permanencia incluida. Lo mismo se dijo de la cuesta de enero y de la de febrero. El problema de marzo es que las jornadas avanzan y al final del mes se habrá reducido de forma notable el margen de maniobra para todos, empezando por el Sporting, que es el segundo más apurado y que tiene que reducir distancia con la zona de la salvación a toda mecha. Los puntos de marzo no son los definitivos, pero su importancia está fuera de cualquier duda. Empezando por los de Barcelona, adonde han regresado lesionados Abidal y Thiago. Pero que nadie los dé por bajas porque las recuperaciones milagrosas son habituales en la casa azulgrana en lo que se considera una táctica preconcebida para despistar al rival.