Barcelona / Gijón,

V. RIVERA

En apenas 21 minutos, Josep Guardiola le dio un repaso a toda la actualidad azulgrana. Desde el partido contra el Sporting a la reunión en casa de Sandro Rosell, pasando por la distancia con el Madrid y la relación con Clemente. Fue, por lo tanto, un repaso somero, sin entrar en honduras y que no dejó grandes titulares. Guardiola regateó con maestría las preguntas sobre su renovación y se reiteró en sus declaraciones de que la Liga está decidida. Lo que sí hizo, fue salir al paso de los malintencionados que vieron en sus palabras del Vicente Calderón una crítica velada a los arbitrajes: «Que la gente esté tranquila, si no estamos primeros no es culpa de los colegiados, es primeramente porque nosotros hemos fallado».

Guardiola se muestra firme en su postura de que «hay pocas opciones» de recortar la ventaja de diez puntos que acumula el Real Madrid. «Lo dije porque estamos a mucha distancia del líder y hace mucho tiempo que no falla. Remontar diez puntos en los ya pocos partidos que quedan no es nada sencillo», argumenta el entrenador azulgrana. Sin embargo, Guardiola anuncia que «todavía no vamos a tirar la Liga, no voy a jugar para no ganar, si fuera así no habríamos ganado trece títulos de dieciséis, que son muchos». Durante toda la semana, los futbolistas del Barcelona han repetido un discurso completamente diferente, algo que satisface a Guardiola. «Me alegro de que los jugadores no piensen como su entrenador, pero yo sigo pensando lo mismo», atajó.

El otro asunto candente para el barcelonismo es el estado de las negociaciones para su renovación. Guardiola mantuvo en la noche del jueves una reunión en casa de Sandro Rosell, a la que le restó importancia. «Hacemos reuniones periódicas muchas veces, ha sido una más de muchas. Hablamos de muchas cosas y queda entre nosotros. No me siento más obligado a renovar», esquivó. Guardiola desmintió la supuesta frialdad de sus relaciones con la actual junta directiva. «Las relaciones con el presidente siempre han sido buenas, me cuidan mucho. Es un privilegio trabajar con esta junta, me dan todo, no tengo ninguna queja», defendió.

Guardiola también dedicó bastante tiempo a analizar el fútbol de Clemente, el entrenador que lo hizo debutar en la selección española. «He tenido la suerte de ser entrenador por Clemente y sé qué tipo de juego le gusta. Menos transitivo, más directo, prefiere ataques más rápidos», explicó para matizar que «los equipos de Clemente son muy difíciles de vencer. No son equipos defensivos. Eso es lo que vi cuando coincidí con él como seleccionador». Lo que tiene claro Guardiola es que «nos va a tocar trabajar el partido». El técnico azulgrana recogió el guante de la broma lanzada por Clemente por la mañana, cuando dijo que Guardiola era mucho mejor jugador de golf que entrenador, y le dio carrete: «Seré un entrenador de fútbol pésimo, porque mi handicap al golf es terrible», bromeó Guardiola.

El técnico evitó pronunciarse sobre la sede de la final de Copa y remitió al martes para saberlo.