Oviedo, Nacho AZPARREN

Sólo pronunciar el nombre crea espasmos en la afición azul. Alcalá de Henares provocó las peores sensaciones de la etapa Pacheta. Hay muchas imágenes que marcaron en ese partido. La impotencia de un equipo incapaz de reaccionar, la bronca de los propios aficionados azules cuando se retiraban los futbolistas o la tensa rueda de prensa de Pacheta posterior al encuentro se han ido convirtiendo en fotogramas de la peor pesadilla azul. «Punto de inflexión», se encargó después un siempre positivo Pacheta de rebautizar aquella mañana aciaga en Alcalá de Henares. Y los números se encargan de darle la razón.

La situación ha cambiado notablemente. El Oviedo ya no pelea por salir de la quema. Ahora lucha por metas más ambicionas, con algunas dudas razonables en su juego, pero nada que ver con la indecisión de principio de temporada. El resultado de Luanco, con un juego ofensivo ramplón y una seguridad defensiva a prueba de bomba, ha hecho aflorar las mejores sensaciones de Pacheta, que no ha dudado en repetir guión esta tarde.

El técnico dibujará sobre el césped del Tartiere el mismo equipo que triunfó en Luanco. La propuesta se traduce en intensidad, poderío físico y entrega. La calidad quedará para el segundo acto. Quizá hoy también sea posible ver calentando en la banda al mismo tiempo a Manu Busto, Óscar Martínez y Abasolo, posiblemente los tres futbolistas de más clase de este equipo. Los sacrificios del método Pacheta a veces son dolorosos.

No es la primera vez que el técnico hace una apuesta tan decidida por la continuidad. Pocos olvidan su órdago en Vigo al comienzo de Liga. En la jornada tercera y con el equipo sin estrenarse en el casillero, Pacheta apostó por los mismos hombres que habían ganado tres días antes en la Copa. Sorprendió entonces la ausencia de Manu Busto y Óscar Martínez en el once, pero aún más la de Aitor Sanz, emblema azul esta temporada. El resultado no fue el esperado (empate ante el último clasificado), pero Pacheta mandó un mensaje que por entonces empezaba a calar en la plantilla: no existen cotos reservados en el once para nadie.

Siguiendo las pruebas de la semana, se deduce que el once que plasmará el técnico sobre el césped será el formado por Lledó; Owona, Juanpa, Negredo, Álvaro; Teo, Pelayo, Aitor Sanz, Nano; Rubiato y Martins. Esperarán su oportunidad en el banquillo Dani Barrio, Negredo, Manu Busto, Abasolo y Óscar Martínez.

A partir de las 17.00 horas el Oviedo se enfrenta a su peor recuerdo del año con la intención de recuperar la condición de fortín del Tartiere, imprescindible si quiere optar al «play-off».