Para evitar posibles problemas, la planificación de entrenamientos cambia esta semana. Dos son las principales novedades: el horario y el escenario. Jugar en un terreno de juego de superficie sintética y a una hora temprana preocupa al cuerpo técnico del Oviedo. El partido a las 11.00 horas de Canarias (12.00 en la Península) en el municipal de Vecindario esconde más peligros de los que parece a simple vista.

El Oviedo se entrenó ayer por primera vez en la semana en el estadio municipal Díaz Vega. Así se repetirá a lo largo de la semana con las sesiones de hoy y mañana. Todas ellas a las 10.30 de la mañana sobre césped artificial. «El juego cambia en pequeños detalles como los controles o el bote del balón. A simple vista, estos terrenos parecen una alfombra que facilita el juego, pero no es así. El bote te dificulta las cosas», explica Falcón, uno de los candidatos a ocupar un puesto en el centro del campo tras recuperarse totalmente de sus molestias. «Para un defensa es verdad que el bote te puede complicar la vida, pero también a los delanteros. Aunque nos pueda perjudicar un poco, no debe ser excusa», apunta Negredo. «Nos puede crear algún problema nuevo, pero al practicar fútbol directo es posible que nos condicione menos», matiza Falcón.

Para gran parte de la plantilla azul, las experiencias con el césped sintético no son nada malas. La temporada pasada el Oviedo jugó tres partidos en esta clase de campos. El resultado fue de siete puntos a favor, con cuatro goles anotados y sólo uno recibido.

El empate sin goles ante el Guijuelo en la jornada 13.ª y las victorias ante La Muela (1-2, en la jornada 29.ª) y Caudal (0-2, jornada 35.ª) dejaron el año pasado la sensación de que el trago en el césped sintético no era tan amargo. Especialmente positivos son los precedentes para Rubiato, que anotó en La Muela y en Mieres. «Han sido buenas experiencias con el Oviedo, pero Vecindario no será una plaza asequible. Hemos empezado a pisar el césped artificial y somos conscientes de que será una batalla durísima», explica el delantero. «Será parecido al partido del Alcalá, pero con césped artificial, con especial importancia de las segundas jugadas. Estamos bien aleccionados y sabemos lo que tenemos que hacer, por ahí no nos pueden pillar», añade.

Por si no fuera suficiente con la superficie del juego, el horario tampoco ayuda a mejorar el panorama. Jugar a las once de la mañana en las Islas suele ser una carga demasiado pesada para algunos visitantes. «Tenemos que quitarnos la "caraja" que se puede tener en Canarias, porque no nos pueden coger desprevenidos en los primeros minutos. Ellos suelen apretar al principio, así que hay que entrar al partido concentrados», señala Rubiato.

Las precauciones están justificadas si se analizan los precedentes. Los canarios han ganado 20 de sus 27 puntos en su campo y no pierden partido sobre su césped sintético desde que el Castilla se fuera con los puntos el pasado 8 de enero (1-2). Desde entonces, el Vecindario ha ganado a San Sebastián de los Reyes (3-1) y Toledo (1-0) e igualado con Tenerife (1-1) y Lugo (1-1).