Oviedo, Antonio LORCA

Bonito regalo el que hizo ayer el Oviedo Baloncesto a los aficionados que se acercaron al polideportivo de Pumarín. El respetable salió de la cancha con una sonrisa de oreja a oreja tras ver a su equipo remontar ante el Leyma Coruña después de ir a remolque en el marcador durante todo el partido.

El equipo de Riera dio ayer una lección de fe y perseverancia. A un minuto del final se pusieron por primera vez por delante (82-80) y ya nada pudo hacer el conjunto gallego para evitar perder un encuentro que dominaron en su mayor parte. La virtud del Oviedo fue la de no rendirse, la de no desesperarse ante la inferioridad física que había debajo del aro. Las dos torres de los gallegos, el ex jugador del Oviedo Javier Román y Víctor Hidalgo, parecían infranqueables; pero Le Duc, Héctor Macía, el debutante Alejo Rodríguez y David Ortega bregaron hasta minar la moral del rival.

También fue determinante la actuación de Howard Brown. Cuando el estadounidense está bien el Oviedo es más peligroso. Un fusil desde la línea de tres, es capaz también de penetrar a canasta con la elegancia de un bailarín de ballet. Ayer metió veinte puntos, doce de ellos gracias a cuatro triples que pusieron en pie al público y dieron esperanza en la remontada. También meritoria fue la actuación de los dos bases: los asturianos Rubén Suárez y Álex González. El primero supo elegir el momento de parar y también el de acelerar. Al final acabó siendo el jugador más valorado, con trece puntos, seis rebotes, cuatro asistencias y dos robos de balón. Por su parte, González tuvo el descaro que se le pide para penetrar a canasta en los momentos calientes.

El partido pintaba mal para los de casa desde el principio. Un ambiente algo frío en Pumarín y un 2-7 en los primeros dos minutos invitaban al pesimismo. Sobre todo, por la mencionada superioridad bajo los aros. Parecía que Román e Hidalgo encestarían cada vez que recibieran un balón cerca de la canasta; pero el Oviedo supo ir a remolque, manteniéndose siempre a una distancia de 5 a 7 puntos, que al final se estiró hasta los nueve (15-24) al final del primer parcial.

En el segundo llegó el primer amagó de remontada del Oviedo. Un 9-4 en los primeros cinco minutos y medio puso a los carbayones a dos puntos (26-28), pero contestó Coruña en menos de un minuto con un parcial de 0-6 (26-34). Un triple de Brown cortó la sangría (29-34) y tras una canasta de los gallegos, otro triple, esta vez de Álex González, volvió a acercar al Oviedo (32-36) a falta de 1.55 para el final de la primera parte. Y vino el peor momento del Oviedo. El acierto de los gallegos se unió a un par de pérdidas del Oviedo, que dejaron el marcador al final del segundo cuarto 33-46 para el Coruña.

En este partido el Oviedo no estaba dispuesto a dejarse ir. En el tercer parcial apareció un excelso Brown, que, acompañado de Le Duc y Ortega, dejó con sus triples y penetraciones el marcador a dos puntos a falta de cinco minutos, pero una vez más dio la sensación de que el Oviedo remaba para morir en la orilla. Los ovetenses no llegaron ni a empatar el encuentro, y el Coruña se fue con una renta de siete puntos (63-70) al último período.

A falta de cinco minutos para el final el Coruña mandaba por 71-79, y a 1.32 el Oviedo empataba el encuentro (80-80) con un canastón de Ortega. Defendiendo como si de ello dependieran sus vidas y con un inteligente Rubén Suárez el Oviedo supo ganar un encuentro emocionante como pocos, que deja casi asegurada la permanencia y les permite volver a soñar con meterse en el «play-off» de ascenso».