Langreo, Pablo ANTUÑA

Las bajas fueron un factor muy importante en el derbi langreano. Tanto el conjunto unionista como el Tuilla afrontaron el encuentro con lo justo -el Langreo tuvo dos jugadores de campo en el banquillo- y con la sensación de que asegurar un punto supondría un buen resultado.

En el Langreo, Daniel Suárez tuvo que inventar una defensa para el partido. Ninguno de los cuatro titulares de la zaga estuvo presente y a las bajas de Kily y Nuño, por lesión, y la de Asenjo, por sanción, se unió a última hora la de Otero. Aunque los problemas no finalizaron aquí, en la segunda mitad Adrián Llano también acusó sus dolencias y tuvo que dejar paso a Hugo. Por su parte, en el Tuilla, Roberto Robles apuró la gasolina de su equipo titular y apenas dispuso de hombres de refresco.

El partido fue muy trabado en su cómputo global y las faltas se sucedieron de forma continua. Ninguno de los dos equipos fue capaz de triangular más de cuatro pases seguidos y, así, el primer período se resumió con apenas dos disparos tímidos de Leiras y Carly.

La segunda mitad comenzó más animada, pero sin que Dani Laviana y Calleja temieran por alguna aproximación del rival.