Calmado, sin realizar ningún reproche directo al club, pero subrayando su aportación durante las seis temporadas que ha permanecido al frente de la dirección deportiva, Emilio de Dios se despidió ayer del Sporting sin hacer ruido, con la única compañía del jefe de prensa durante el acto público organizado para anunciar su marcha y agradecido por los 18 años que ha trabajado en la entidad. Sin embargo, su salida escenifica la profunda renovación de la parcela técnica que inició el Sporting con la destitución de Preciado. Algo que influyó en su marcha y de lo que no quiso olvidarse. «Termina un ciclo exitoso en muchas facetas», reivindicó el gijonés antes de dejar claro que «también tengo mi porcentaje de culpa en que el club haya crecido durante estos últimos seis años».

«Mi llegada fue una propuesta arriesgada y difícilmente defendible en su día, pero estuvo respaldada por mi presidente. Estaré eternamente agradecido. Me han dejado desarrollar una idea de trabajo que creo que fue la correcta. El tiempo nos ha dado la razón». El tono conciliador de Emilio de Dios durante el capítulo que cerró su etapa en el Sporting incluyó mensajes vedados a medida que avanzó en su exposición. «No pienso que mi relación con Preciado haya tenido que ver con mi marcha», apuntó sin dejar de recordar que «también le estoy muy agradecido a él. Fue una de mis primeras propuestas cuando me hice cargo de la dirección deportiva hace seis temporadas. Preciado siempre me decía: "Si es bueno para ti, es bueno para mí". Si el club pretende trabajar de otra manera será a partir de este momento».

Emilio de Dios no quiso pronunciarse sobre el motivo del distanciamiento con el club durante los últimos meses, pero añadió puntualizaciones. «No me arrepiento de ninguna de las decisiones que he tomado. No conozco a ningún director deportivo que haya tenido un éxito total en sus incorporaciones», añadió tras ser preguntado por el escaso rendimiento de los fichajes realizados en las últimas dos temporadas. «Cuando llegó Botía muchos criticaban que era un defensa de Segunda B. También lo hicieron por la cabezonería de no traer un lateral izquierdo y apostar por un jugador del filial que acabó suponiendo el mayor traspaso realizado por un canterano», reivindicó en referencia a la venta de José Ángel a la Roma.

«El club sería injusto si no le diera las gracias. Emilio de Dios tiene escrito su nombre con letras mayúsculas en la historia del club», explicó José Luis Rubiera, jefe de prensa del Sporting y encargado de anunciar públicamente la marcha del director deportivo. La ausencia de algún dirigente del Sporting durante este acto fue otra de las notas significativas. «Me quedo con el abrazo que me ha dado el presidente y el director general», justificó el técnico gijonés. Emilio de Dios extendió su agradecimiento a José Fernández, «El Negro», que propició su entrada en el club, y al desaparecido Tati Valdés, «un maestro en el seguimiento a futbolistas». Su propósito es tomarse unos días de descanso y «volver a trabajar pronto» en funciones similares a las que desarrolló en el Sporting.