Nació en Granada y se formó en las categorías inferiores del club nazarí, del que su abuelo, Francisco Jimena, fue presidente. Los estrechos vínculos de Gálvez con el próximo rival del Sporting no evitan que el zaguero rojiblanco tome posición. «Sólo pienso en que podamos conseguir la victoria», advierte. La emotividad de jugar por primera vez en Los Cármenes, ante su familia y muchos de los amigos que le vieron crecer, se queda fuera cuando una plaza por el descenso está en juego.

«Le deseo lo mejor al Granada. Ojalá logre la permanencia, pero a partir del próximo sábado», explica Gálvez. El central del Sporting no olvida al club que ha marcado a su familia y que ahora vuelve a cruzarse en su camino. Además del cargo que ostentó su abuelo, su padre, Fernando, también ejerció labores de secretario técnico de la entidad andaluza. Su futuro parecía predestinado. Se formó en la Escuela de Veteranos del Granada, filial del club andaluz, pero a los 15 años hizo las maletas para fichar por el Albacete e iniciar un peregrinaje que terminó llevándole a Gijón. «Nunca tuve la oportunidad de jugar en Los Cármenes y es curioso que ahora me llegue como futbolista del Sporting. Nos vamos a encontrar un ambiente muy fuerte, porque no cabe duda de que somos un rival directo para conseguir la permanencia. Será complicado, pero sería clave conseguir el triunfo para acercarnos a la zona de salvación», asume el rojiblanco. Su buena actuación en la victoria ante el Sevilla podría hacerle cumplir su sueño de niño, aunque con la camiseta rival.