Gijón, J. E. CIMA

Tras una nueva «clementina» para corregir errores, que esta vez se prolongó por espacio de dos horas, Javi Clemente trabajó con la defensa para que en su área no juegue mucho el balón y lo saque al centro del campo para que llegue pronto al ataque del Sporting. «Que no te roben la pelota por hacer un dribling y te cueste un gol; el dribling, para los delanteros. Vale más tirar el balón a la tribuna», decía a los jugadores. El entrenador sabe que en la séptima ocasión que vuelve a San Mamés «nos encontraremos un equipazo como el Athletic que tiene una velocidad impresionante, es muy potente y, después del Madrid y el Barça, es el más grande. Para mí es como un derbi bonito y sería un orgullo que por la forma de luchar al Sporting los aficionados reconozcan un equipo de Clemente».

El entrenador rojiblanco sabe del gran momento del Ahtletic y por eso en la comparación con el Sporting pone el ejemplo de coches. «Ellos son un Ferrari que va a una leche que pela y nosotros un Seat 600 y no podemos esperar sino intentar en la salida ponernos por delante para que no pase. Hay que intentar ponerle chinchetas, como es estar muy atentos, ser agresivos y querer ganar siendo un equipo alegre. Tenemos un ataque rapidísimo y al fútbol se gana jugando. Los que dicen que soy del patadón no tienen ni idea, porque yo jugaba bien y esos eran picapedreros», argumenta.

Clemente también tiene claro en esta visita a Bilbao que «tenemos que trabajar bien, porque si no nos pasan por encima. Por lo que sé jugará Llorente, que es un gran rematador, no sólo de cabeza. Tiene una bajada y control del balón que hace jugar al equipo y para ser tan grande tiene buen recorte y disparo con el pie. También es muy peligroso en córneres y faltas. Será un honor para el que cubra a esta figura, que intentará que no juegue mucho. Junto a Muniain, De Marcos, Toquero y Herrera forman un gran equipo que, con cuatro retoques, puede volver a ser campeón».

Cuando se le recuerda que buscaba que el equipo no encajara tantos goles y encajó tres ante el Mallorca, el técnico vasco reconoce que «machacamos los conceptos defensivos, pero luego también depende de cómo actuemos a nivel individual. Ante el Mallorca fue el peor partido que hicimos en defensa. El equipo no saltó al campo como estaba preparado ni programado. Lo hicimos muy mal. Cada uno sabía su trabajo, pero alguno se despistó».

Al entrar en un análisis sobre todos estos errores atrás, Clemente matiza que «vine hace mes y medio y con estos 25 jugadores iré a muerte hasta el final, luego ya se verá los que digo que sigan. Todo esto ya estaba hecho cuando llegué y no se me pueden echar muertos encima. Yo no fui el que echó veneno al perro, fue otro. Y si se quiere proteger a amigos, que me parece bien, es mejor que no se hable de eso».

No le gusta individualizar sobre jugadores, pero antes de que se ataque a jóvenes como Pedro Orfila o Gálvez Clemente señala que «no hablo mal de mis jugadores, sólo de sus virtudes. Gálvez de pivote estuvo fantástico ante el Sevilla y Granada y flojito ante el Mallorca. Nos da agresividad, casta y garra cuando tenemos que defender en el centro del campo. Pedro Orfila es mejor lateral que central porque es marcador y como es rápido y con buena entrada al extremo le controla mejor. En Granada de central no estuvo mal, pero se obsesionó en el marcaje a Uche, que es listo y perro viejo que le hizo salir de la zona y dejó a Botía solo. Es normal que le falte experiencia para Primera. En un momento a lo mejor es bueno dejar a tu jugador si se aleja mucho. Eso se aprende jugando partidos».

Una de las cosas que le extrañaron ante el Mallorca fue que en el fondo sur se exigiera a los jugadores más entrega, porque el técnico del Sporting considera que «el equipo se dio una paliza. Intentó remontar el 0-1 y el 1-2 con un montón de veces en ataque y siempre en la presión. El Sporting jugó los mejores veinte minutos desde que llegué. Otra cosa es que nos metieron dos goles de forma ridícula. Pero también Trejo, Nacho Cases y Gálvez corrieron una barbaridad, aunque luchaban contra cinco. A veces en esos momentos es mejor pararse que correr tanto para sólo fatigarse. Los ultras me encantan, pero no entendí esas críticas a los futbolistas».