Un tal Pitoniso Pito dice que el Barça ganará la Liga. Por mí, como si lo dice el hijo del pulpo Paul, la bruja Lola o uno de esos adivinos que compiten con las teletiendas en la profundidad de la madrugada televisiva por la atención de las almas resacosas. Yo también creo que el Barça ganará la Liga, y que ese equipo que viste de blanco formado por jugadores y técnicos que parecen sacados de una secuela barata de «El exorcista» terminará exhibiéndose en ferias al lado de la mujer barbuda, el hombre más fuerte del mundo y un tipo que traga botellas rotas de Anís del Mono. ¿Cuál es la diferencia entre el pitoniso, el pulpo, la bruja, los adivinos televisivos y yo? Que unos dicen tener poderes proféticos (aunque el pitoniso asegura que emplea las matemáticas), y un servidor se limita a interpretar los signos.

El dios Apolo concedió a la hermosa Casandra, hija de Príamo y Hécuba, capacidades proféticas a cambio de sus favores, pero luego fue castigada por el mismo dios a que sus vaticinios jamás fueran creídos por nadie. Guardiola está últimamente en plan Casandra, así que repite una y otra vez que el Barça no ganará la Liga, como Casandra gritaba a sus compatriotas troyanos que el caballo de madera que habían abandonado los griegos era una trampa que traería la ruina de Troya. Nadie hace caso a Guardiola, y nadie hizo caso a Casandra. Sin embargo, creo que el Barça de Guardiola no terminará en llamas, como lo hizo la Troya de Casandra. A Guardiola le viene bien hacerse pasar por Casandra, como al Pitoniso Pito le viene bien decir que el Barça ganará la Liga. Si Guardiola llevara semanas diciendo que el Barça va a ganar la Liga y el pitoniso convocara una rueda de prensa para profetizar que Los Otros serán campeones, nadie les prestaría atención. Entiendo que Guardiola quiera ser Casandra, y comprendo que Pitoniso intente ganar quince minutos de fama con sus profecías. Sin embargo, mantengo que no es lo mismo hacer profecías que interpretar los signos. Los aficionados sólo podemos hacer lo segundo.

El segundo gol del Barça en Mallorca lo marcó el defensa Piqué, y en la jugada también participó el defensa Puyol. En ese momento, el Barça sólo ganaba 0-1 y jugaba con diez tras la chiripitifláutica expulsión de Thiago. ¿Dos defensas atacando cuando el Barça jugaba con diez? ¿Un equipo que juega siempre como sabe aunque el césped esté de pena, que no da patadas, que no monta espectáculos que darían vergüenza ajena a Paco Clavel, que no echa de menos a Alves y a Xavi y que tiene a Messi? Ganaremos la Liga. ¿Quién teme las profecías de Casandra?