Quizá no pueda decirse que Juan Pablo sea uno de esos especialistas en detener penaltis al estilo de Diego Alves o Diego López, pero lo que nadie puede discutirle al portero leonés es que le tiene tomada la medida al Athletic de Bilbao. La parada de Juan Pablo al lanzamiento de penalti de Íker Muniain el pasado domingo fue lo más parecido a la justicia divina, después que Iglesias Villanueva viera un derribo inexistente de Botía a Llorente. El riojano y Muniain mantuvieron un agrio debate por ver quién era el lanzador y al final se impuso el menudo futbolista navarro. La parada de Juan Pablo convirtió a Muniain en el jugador más joven que falla un penalti en Liga en toda la historia del Athletic de Bilbao. Casi nada. Muniain tenía el domingo 19 años y 97 días y desbancó así a Iraragorri, que ostentaba ese curioso récord.

No fue la única efeméride que dejó esa jugada. Juan Pablo volvió a parar un penalti dos años y doce días después de haberlo conseguido por última vez. Curiosamente, también ante el Athletic, aunque esta vez en El Molinón. Fue el 13 de marzo de 2010, en un partido que acabó con empate a cero gracias al acierto del portero leonés, que voló para detener un lanzamiento raso de Igor Gabilondo. Lo del Athletic con los penaltis va para enfermedad crónica y hasta siete futbolistas de la actual plantilla han errado algún lanzamiento desde los once metros. Tanto es así, que la elección del encargado de ejecutar los penaltis es un tema recurrente en Bilbao durante las últimas temporadas por sus continuos errores.

El de Bilbao fu el segundo penalti en contra que le han señalado al Sporting esta temporada, curiosamente los dos con Javier Clemente en el banquillo. El anterior lo cometió Gálvez de forma inocente en el Sardinero y fue transformado por Stuani, un consumado especialista en esta suerte. Aquel penalti le costó al Sporting dos puntos muy importantes ante un rival directo. El pasado domingo, Juan Pablo logró recuperar uno de esos puntos.