El Betis puso punto y final a su racha negativa en Liga tras imponerse al Málaga (0-2) en un partido, perteneciente a la trigésimo primera jornada, que se decidió en la primera mitad gracias a los goles de Rubén Castro y Dorado, y que frena la excelente trayectoria de los blanquiazules, que no perdían desde finales de febrero.

El conjunto de Pepe Mel, que debía ganar para no sufrir con el descenso, no falló en La Rosaleda y se llevó un trabajado triunfo que se complicó en la segunda mitad. Los de Pellegrini, por su empuje, merecieron marcharse con algo más, sobre todo por el buen hacer de Van Nistelrooy en las postrimerías del choque.

Pero el holandés no fue el único que destacó en el Málaga. Santi Cazorla evidenció que es la brújula del conjunto malacitano y fue importantísimo para generar las mejores ocasiones del cuadro de Martiricos. Los sevillanos, ya con 35 puntos, cimentaron su triunfo en un agitado final del primer acto.

El primero en marcar fue Rubén Castro, que apenas rozó un lanzamiento de falta botado por Beñat. Cinco minutos después, con el tiempo ya cumplido, Dorado aprovechó el despiste albiazul en defensa para poner el 0-2, a la postre definitivo.

Y así pasó, que el Málaga salió a por todas en la segunda parte. A los 70 minutos, Cazorla intentó una vaselina desde fuera del área y sólo tres después, Van Nistelrooy no acertó a batir a Fabricio tras un excelente centro de Jesús Gámez.

Pero no se quedó ahí el despliegue malacitano que encontró en Rondón a su jugador más peligroso. El ariete venezolano la tuvo a diez del final y el Betis cambió su discurso para defenderse sin piedad. La contra y los balones largos para Montero fueron la hoja de ruta hasta el minuto 90.

Aunque ni Cazorla ni Isco, los cerebros del Málaga, acertaron a encontrar el camino, ese espacio que cambia un partido, lo que supone un gran mérito del Betis, bien ordenado defensivamente y muy serio. Así, los de Pepe Mel cogen aire y los de Pellegrini avivan la lucha por jugar la 'Champions' el próximo curso.