Pamplona / Madrid, Agencias

Osasuna y su estadio, un Reyno de Navarra siempre hostil a los blancos, examinan hoy a un Real Madrid que necesita la victoria tras ver reducida a seis puntos su ventaja al frente de la tabla.

Reyno de Navarra, Vicente Calderón y San Mamés. Son los tres estadios por donde pasa la conquista del título liguero. Las tres salidas más complicadas hasta el final de Liga, junto a la batalla del Camp Nou, donde debe mantener su línea de visitante. En Pamplona puede ampliar el Real Madrid el mejor registro de su historia tras 19 partidos seguidos sin perder entre Liga, Copa y Liga de Campeones.

Los de Mourinho llegan a Pamplona con la confianza y tranquilidad que les da haber sentenciado su duelo de cuartos de final de Liga de Campeones. La poca exigencia que presentó el Apoel en Nicosia (0-3) permitió a los titulares madridistas no tener un gran desgaste, y a Mourinho apostar por rotaciones en unas semanas cargadas de encuentros. Hoy no hay opción a los descansos. Sin Pepe en defensa, sancionado, se perfila titular el francés Varane en su primer partido de verdadera exigencia. Regresa al mando Xabi Alonso y previsiblemente al banquillo Sahin tras sus buenos minutos ante el Apoel, aunque la baja de última hora de Khedira le abre la puerta de la medular junto a Kaká -clave en Chipre-, Coentrão -que puede aumentar el músculo en el centro del campo- y un Di María ya con el alta médica, pero no para jugar todo el partido.

Osasuna busca, por su parte, una plaza en Europa. El conjunto de José Luis Mendilibar se aseguraba la pasada jornada al ganar al Levante el primer objetivo del año, la permanencia, y ahora busca el premio continental. Premio que ayer recibía el propio Mendilibar en forma de ampliación de contrato por otra temporada, hasta junio de 2013. Un Mendilibar que podría recolocar al brasileño Roversio en el lateral izquierdo, para que el asturiano Sergio Fernández regrese al eje de la defensa, mientras que Nino podría seguir en la banda, y el serbio Lekic, en la punta de ataque.