Alberto González y Ángel Martín Vaca se ríen de todo y de todos. A los oviedistas les empezó a quedar claro unos meses después de su entrada en el club. Al Ayuntamiento de Oviedo se lo acaban de decir en mayúsculas, negrita y subrayado. Se lo llevaban diciendo mucho tiempo, pero a cambio Gabino de Lorenzo les dio 6,5 millones de euros. El ex alcalde parecía un poco Leslie Nielsen en aquella escena de «Agárralo como puedas» en la que Jane aparece con un sugerente corpiño de luces que señalan insistentemente al punto clave. Por alguna extraña razón, siendo como es un tipo rápido y listo, no pudo dar con la solución.

Ahora, con Agustín Iglesias Caunedo al frente de la ciudad, las cosas parecen haber cambiado algo. Al menos se ha decidido a marcar él el paso. Pero claro, González y Vaca, profesionales de las triquiñuelas, le han dicho que el ritmo lo ponen ellos, y que aquí se va a bailar al son que ellos decidan. Que el Ayuntamiento les da un plazo para una respuesta, ellos contestan un día después. Al cambio: tú a mí no me pones fecha, te contesto cuando me da la gana. Que el Ayuntamiento exige que se celebre la junta, ellos dicen que, si la convocan, será a finales de junio. Al cambio: me sé todos los trucos legales y, además, te voy a vacilar. Que el Ayuntamiento quiere saber el estado del club, pues le mandamos las cuentas a 30 de junio de 2011. Al cambio: ¿no tendrás una hermana guapa, eh?

El problema no es ya que se rían de todos. En la vida te puedes encontrar con gente lista, preparada, con mundo y recursos que te pinta la cara y casi no te das cuenta. A todos nos ha pasado alguna vez. El problema es que los que se están riendo de todos nosotros son Alberto González y Martín Vaca. Cualquiera que haya tenido la posibilidad de hablar cinco minutos con el máximo accionista del club se habrá dado cuenta de lo que hay. O mejor dicho, de lo que no hay. Cualquiera que haya hablado diez minutos -porque puede llegar a dar el pego unos instantes- con Martín Vaca se habrá dado cuenta del peligro que entraña este hombre al frente del Real Oviedo.

Desde el mismo momento en el que entraron en el club, el Real Oviedo empezó a dejar de ser lo que era. Es como cuando ves a un niño, que después de hablar con él puedes dibujar, más o menos, cómo son los padres. La entidad ha pasado a ser un reflejo de las dos personas que están al frente. ¿Alguien quiere parecerse a Alberto González o a Martín Vaca? Es bastante improbable.

El único plan de estos dos señores es ascender. No hay plan B. Confían siempre en hipótesis que les salven el presupuesto. De hecho, contaban con obtener superávit. Viven en un mundo que la gente normal no entiende. Las últimas declaraciones de Alberto González a LA NUEVA ESPAÑA, en las que acusaba al grupo municipal de Foro de algunos de los males del club, dan a entender que no sabía tan siquiera que la ciudad había cambiado de alcalde.

Algunos llevamos mucho tiempo anunciando el desastre. Es imposible que nada salga bien en manos de Alberto González y Martín Vaca. Incluso para tener suerte hay que sentar unas bases o tener algún proyecto. Ahora, para intentar cuadrar algún número, recurren al socio, para que pague ante el Castilla. Sé de gente que se recorrería España por ver 90 minutos al Real Oviedo; conozco gente que, si el club lo necesitara, pagaría las entradas que hicieran falta. Pero no conozco a nadie, absolutamente a nadie, dispuesto a dar un cheque en blanco para seguir humillando al Real Oviedo día tras día. Alberto González y Martín Vaca deberían aceptar que han perdido la batalla y el dinero. Y la afición y la ciudad deberíamos aceptar que se han reído de nosotros, que es más humillante saber que han sido ellos dos los que lo han hecho y que, mientras puedan, lo seguirán haciendo.