El Avilés ya logró matemáticamente el primer gran objetivo del año -meterse en puestos de promoción- y le faltan dos puntos para certificar el segundo puesto, una posición que ocupó en 21 de las 33 jornadas disputadas, las últimas 20 de forma consecutiva. Unos números que certifican que «la temporada fue buena y el momento en que está el equipo, también», en palabras del técnico, Ricardo Bango. Faltan cinco partidos para concluir la Liga y la preocupación es que no haya lesiones para llegar en buenas condiciones a la promoción, en la que el equipo «será aún más competitivo», según Bango, «por el plus que da el jugar por el ascenso».

Bango está sorprendiendo últimamente con las alineaciones, pero dice que el once no es lo importante. «Lo que nos importa es que llevamos mucho tiempo con un par de variantes, con dos estilos de juego en los que el equipo es competitivo y el que sea un jugador u otro el que juegue a mí no me importa», comentó para añadir: «Lo que tiene que funcionar es el equipo y tenemos 14-15 jugadores que están en disposición de competir y de hacerlo bien, y otros que participaron poco y que insisto en que están a tiempo porque lo importante es el final». El técnico da pistas sobre lo que espera de la plantilla. «Valoro mucho a la gente consistente, al que está siempre en buenas condiciones. Los no consistentes suelen ser los que cometen errores porque todos damos nuestra peor versión con presión y cuando las cosas no van bien. En promoción necesitamos a gente tranquila, regular y con buena mentalidad». Y puso como ejemplo al central Boris. «Me gusta ese tipo de jugadores porque siempre tienen nota alta. No se descomponen y como son muy estables y sólidos al margen del resultado, compiten en las mejores condiciones que es lo que necesitamos. Las eliminatorias se pierden en un minuto y eso no lo quiero».

Bango insiste en que el año no fue fácil. «Es complicado sacar los números y los nuestros son francamente buenos. Eso nos sirve para saber que tenemos un equipo competitivo, con capacidad para jugar bien y con buena proyección». El técnico piensa que la evolución habría sido más rápida de no haber sido todo nuevo. «La planificación, se hizo muy aprisa. Ahora estamos poniendo una muy buena base, en la escuela también, para el próximo año. Creo que el trabajo es bueno, no es fácil cambiar todo y que las cosas funcionen, al margen de que tengamos buenos jugadores. Eso requiere tiempo», concluyó.