De «Stamford beach» al «Iniestazo», del arbitraje de Pierluigi Collina al de Ovrebo. Polémica y emoción en proporciones exactas han rodeado los últimos enfrentamientos entre el Barcelona y el Chelsea, que casi tres años después volverán a encontrarse mañana en el camino europeo.

El último recuerdo de un partido entre ambos es Iniesta agitando al cielo de Londres la camiseta amarilla de la segunda equipación barcelonista el 6 de mayo de 2009. Minuto 93 y un empate que abrió las puertas de la final de Roma ante el Manchester United. Allí es donde empezó el mito Guardiola y el del equipo que encadenó, uno a uno, seis títulos. Trece copas sobre dieciséis ha levantado el Barça desde que llegó aquel verano de 2008.

Aquel último encuentro entre Chelsea y Barça es uno de los más duros que ha disputado el Barça en Europa. El Chelsea, entrenado por Guus Hiddink, se había adelantado con un fantástico gol de Essien (min 9) y el Barça jugó desde el minuto 66 con un futbolista menos.

El equipo londinense se quejó del arbitraje del noruego Tom Henning Ovrebo, por sentirse perjudicado con la no señalización de unos cuantos penaltis. El noruego aún recibe hoy amenazas de muerte procedentes de seguidores del Chelsea.

Empató a uno el Barça y se clasificó. El gol de Iniesta en el 93 hacía bueno el 0-0 de la ida en el Camp Nou; un choque en el que los barcelonistas sucumbieron al cerrojazo de los «blues y se quejaron por el arbitraje de Wolfgang Stark y de manera muy especial de un agarrón en el área a Henry.

Aquella fue la cuarta eliminatoria en la Liga de Campeones entre ambos equipos desde 2000. La anterior se vivió en 2006, en octavos de final. La ida se jugó en Londres y el Barça ganó por 1-2. Un partido muy duro, en el que Del Horno, marcador de Leo Messi, fue expulsado en el minuto 33. Mourinho, entonces técnico de los londinenses, perdió el carácter de invicto en Stamford que había prolongado en 49 partidos.

Los dos primeros goles fueron en propia puerta (Motta y Terry) y Eto'o decidió a diez minutos del final. Con el botín del 1-2, en la vuelta el Barcelona no sufrió en el campo aunque el marcador nunca estuvo claro. Ronaldinho marcó el 1-0 a once minutos del final y Lampard igualó de penalti ya en el 93.

El año anterior (2005) también fue protagonista Ronaldinho, aunque en el partido de vuelta. La ida de los octavos de final se jugó esta vez en el Camp Nou.

Mourinho había decidido parapetar a los «blues» en su área y esperar algún contragolpe, además se encontró con un tanto de Belletti en propia puerta (min 33), un escenario ideal. La expulsión de Didier Drogba y la entrada en acción de Maxi López fue determinante. «La gallina», ahora jugador del Milan, marcó el 1-1 e intervino en el 2-1, obra de Samuel Eto'o.

Con esa exigua renta viajó el Barcelona a Londres. El recuerdo de aquel encuentro para los azulgranas es el mal estado del terreno de juego y el controvertido tanto de Terry que le dio el pase a su equipo.

Tan desastroso era el estado del campo que los medios rebautizaron el estadio como «Stamford beach» (la playa de Stamford). La arena prácticamente había sustituido a la hierba en un campo que, además, sufrió un exceso de riego.

A todo ello, los errores del Barça fueron determinantes. Jugando a la contra, el Chelsea se puso por delante (3-0) en diecinueve minutos con goles de Gudjohnsen, Lampard y Duff. Entonces fue el momento de Ronaldinho. Marcó primero de penalti e hizo poco después el 3-2 fruto de una genialidad.

Repuesto del susto inicial, y cuando lo tenía todo a su favor, en una jugada a balón parado, se apagó el sueño de los cuartos. Un saque de esquina desde la izquierda fue rematado por Terry. En la repetición se vio cómo el hoy madridista Carvalho había sujetado a Valdés. Collina, el árbitro, no señaló nada y el Chelsea pasó tras ganar 4-2.

En 2000 también se vivió un Barça-Chelsea en cuartos. Eran otros tiempos y los «blues» no tenían el pedigrí de hoy. En la ida el equipo inglés sacó petróleo de su juego a la contra y marcó tres tantos en ocho minutos, cortando Figo (3-1) en la recta final. Los de Van Gaal forzaron la prórroga en la vuelta y allí decidieron con goles de Rivaldo, de penalti, y Kluivert.

El primer enfrentamiento europeo entre ambos fue en 1966, en la semifinal de la Copa de Ferias. Cada uno ganó en su campo (2-0) y el Barça goleó 5-0 en el desempate.

Mañana vuelven a cruzarse. El Chelsea sin opciones en la «Premier» pero finalista de la Copa; el Barça también finalista de la Copa y apurando su sueño liguero.