Arturo Fernández no se explica cómo el Sporting va camino de Segunda si es capaz de jugar como lo hizo el sábado en Madrid ante el Real. No se lo explican ni el gran actor gijonés ni casi nadie. Quizá sea porque en otros partidos quizá más asequibles no mantuvo la tensión y la intensidad del Bernabeu. Ahora sólo quedan cinco partidos, quince puntos, en los que hay que remontar ocho puntos. Ahí es nada, ahí está el desafío para una plantilla que se ve que ahora se entrena más que antes porque las lesiones musculares caen como una plaga sobre el mundo rojiblanco.

Ahora ya no quedan ni tiempo ni espacio para la hombrada con el consiguiente alborozo de todos aquellos que llevan dos meses haciendo vudú a Javier Clemente, que es lo mismo que hacerlo al Sporting. Pero la historia del fútbol está llena de hechiceros de la tribu que reparten carnés de simpatías o antipatías. El penúltimo, según denunciaba Tomás Guasch el domingo, puede que sea Buenafuente, quien declaró que Mourinho no sabe gestionar la plantilla del Real Madrid. El Madrid de Mourinho comienza hoy en Munich su pelea por la final de la Liga de Campeones y el sábado que viene, pase lo que pase en el Camp Nou, seguirá siendo el líder de la considerada mejor Liga del mundo. Si los dos desafíos son frutos de una mala gestión, que venga Bill Gates y que lo vea. Y eso, teniendo enfrente al mejor equipo de la historia, calificativo que, con todos los respetos, hay que poner en cuestión hasta mejor ver. Claro que las últimas valoraciones que se hacen del referido equipo son del calibre de que Cristiano Ronaldo es, en efecto, un gran jugador, pero es peor persona que Messi. O que el Madrid debería de laminar a Mourinho por no acudir a las ruedas de prensa, mientras que Pep Chanel Guardiola «hace ruedas de prensa de autor». Demasiado para el cuerpo, oigan. Eso de las ruedas de prensa de autor es algo que merece ser estudiado en los cursos de verano de la Complutense.

Mientras eso suceda, que sucederá, bueno será disfrutar de las semifinales europeas de hoy, que es martes, aunque esto no sea Bélgica, y de mañana, miércoles, y no de Ceniza, en Munich y Londres, convertidas en las capitales europeas del fútbol si es que no lo son de cuestiones mucho más trascendentes. Pero en los tiempos que corren, un par de horas de conexión futbolística no vienen mal para la salud mental del ciudadano. Por cierto, y cambiando de tercio, si pregunto, ¿molesto?: ¿las deficiencias de posición de Barral de las que habló Javier Clemente en Madrid tienen algo que ver con su llegada al vestuario en la tarde de la victoria ante el Levante? Ítem más, ¿el cambio de agentes de representación de algunos jugadores rojiblancos tiene algo que ver con la búsqueda de un futuro lejos de El Molinón? Algunos se ve que no quieren que el verano los pille con «deficiencias de posición». Va a ser un verano en cierto modo divertido, porque las salidas y las entradas van a ser mucho más abundantes que en veranos pasados, cuando nadie se movía, no fuera a ser que no salieran en la foto. En la foto de familia.