«Gracias a Dios todavía estamos vivos a pesar de los pocos puntos que tenemos y aún hay chance de salir de abajo si nos dejamos la vida en el campo». Así ve la situación el argentino Gastón Sangoy (Paraná, 1984), que el partido de mañana ante el Rayo Vallecano lo considera como una final que hay que ganar para luego afrontar igual los otros cuatro encuentros restantes.

Precisamente de este Rayo Vallecano que visita El Molinón, Sangoy explica que «juega bien y le gusta hacer buen fútbol. Tenemos que estar muy encima de ellos desde el inicio para ir a buscar el partido marcando un gol y luego luchar por otro. No podemos dejarles que jueguen porque tienen muy buenos futbolistas, de mucha experiencia y habilidad. Hay que tener cuidado con esto».

Gastón Sangoy en la actual temporada solamente disputó 399 minutos entre 2 partidos de titular y 9 que salió al final un rato. Y marcó el gol del triunfo en el último partido en casa frente al Levante.

Cuando se le pregunta que hizo para que Clemente se decantara por él ante el Madrid y desbancara a David Barral, Sangoy, tras matizar que «eso hay que preguntarle al técnico», agrega que «desde que llegué estoy entrenándome fuerte y serio, luego es el técnico quien nos ve actuar y el que decide. Siempre respeto la decisión del entrenador porque a todos nos toca ayudar al equipo desde dentro o desde fuera. Los tres delanteros somos diferentes y cada uno aporta sus cosas. No me gusta hablar de mí. Está claro que David Barral es muy fuerte y que Mate Bilic también es alto. Yo soy más bajo que ellos, pero cada uno tiene sus cosas para aportar».

Lo que le tiene contento al delantero argentino es haber jugado en el Bernabeu y ante todo un Real Madrid. «Fue ante el mejor equipo de la Liga más fuerte del mundo y nos tocó correr mucho. La pena es no haber logrado puntos porque los necesitamos mucho, aunque creo que se hizo un buen partido. Tuvimos todos muy buena actitud, en alguna otra ocasión quizá nos faltó un poco más, y así debemos jugar siempre, dejándonos la piel en el campo. Así que ahora hay que conseguir los tres puntos como sea ante el Rayo Vallecano».

Ante el Levante logró un gol decisivo para conseguir la victoria y también en esa jornada bastante hostil por parte de los aficionados se pitó mucho al equipo y el cambio al entrar por David Barral. Ahora vuelve como titular por primera vez a El Molinón.

«Creo que en ese partido se chilló a todos desde el principio, no era a nivel individual, porque la gente tenía su motivo al no estar bien en la clasificación. Los aficionados y nosotros tenemos esa espina clavada, pero esto es el fútbol. La gente puede decir lo que quiera y nosotros debemos hacer bien nuestro trabajo porque somos profesionales e intentar cambiar la mentalidad de la afición. Somos 11 o 18 los que ese día estamos abajo pensando en superar y lograr los tres puntos ante el Rayo», argumenta.

Justamente esta victoria puede dar alas al equipo para seguir luchando por evitar el descenso. Sangoy tiene claro que «con triunfos lo podemos lograr. Obviamente no dependemos de nosotros, también de otros resultados, pero tenemos que dejarnos la vida en cada partido y no pensar en más. Lo primero es hacer bien nuestro trabajo y luego esperar».

El delantero argentino que llegó en 2010 del Apollon Limassol de Chipre reconoce que «nunca había vivido una situación tan complicada en los otros equipos que estuve porque siempre luchábamos de media tabla para arriba. Pero también esto te hacer crecer futbolísticamente y como persona porque te hace valorar otras cosas que antes no mirabas. Tanto de lo bueno como de lo malo aprendes y te ayuda como experiencia».

No quiere pensar en si jugaría en Segunda, según Sangoy, porque ahora «debemos estar todos centrados en luchar por salvarse hasta que los números digan lo contrario. Hay que tratar de cuidar lo que tenemos, que es jugar en Primera en España, que es de lo mejor del mundo, a base de hacer bien nuestro trabajo para sacar adelante los partidos».

Vuelve a reiterar el argentino la unión de la plantilla ante partidos complicados «para tirar todos para adelante y dejarnos todo en el campo. Si la gente nos silba, está en su derecho. Nosotros debemos hacer oídos sordos para realizar lo mejor posible nuestro papel con el fin de conseguir los puntos. Aunque mejor se hace con confianza de la gente».