«Dominas, dominas y, en la primera contra, gol de Drogba». Cesc Fábregas lo clavó en la víspera del partido de Stamford Bridge. Si sabrá él cómo se las gasta el Chelsea, después de sufrirlo durante seis años en la Premier League. Efectivamente, Drogba marcó en el primer contragolpe, y el Barça fue incapaz de rentabilizar, aunque fuera mínimamente, su dominio. Por eso, porque el marcador fue de 1-0, el equipo de Guardiola afronta el partido de vuelta con más incertidumbre de lo esperado cuando se conoció el cruce. Y, además, apenas 72 horas después del chasco liguero frente al Real Madrid. El Barça se juega la temporada, el Camp Nou se prepara para vivir emociones fuertes.

Al quedarse a cero en la ida, el Barcelona estará aun más expuesto esta noche a los contragolpes del Chelsea. Ayer, Guardiola no se atrevió a repetir su profecía antes de recibir al Milán. «No sé si recibiremos un gol», dijo. En cualquier caso, el plan del Barça será el de siempre: tener el control del partido, generar oportunidades y minimizar las pérdidas en zonas peligrosas, para evitar los contragolpes. Cuando un periodista italiano le preguntó si hoy le valía pasar jugando mal, Guardiola no lo dudó: «Por supuesto. Pero la idea no se toca, no cambia».

El técnico no dio pistas sobre la alineación y volvió a quitar importancia a la suplencia en los últimos dos partidos de Piqué. Recalcó que en su decisión sólo influyen factores deportivos, que respeta las inquietudes extrafutbolísticas del central y que le gusta su forma de ser. Piqué, que habló antes que su técnico, mostró su lado más extravertido: «Guardiola me da mucha caña, pero me gusta. Los dos llegamos juntos el mismo año. Hemos formado parte de una etapa muy bonita del club. Confío mucho en él. Ama este club y no hay pasión más fuerte para él que seguir», se atrevió a decir el jugador.

Otro nombre propio que revolotea sobre el partido es el de Leo Messi. Tras quedarse sin marcar en Londres y el sábado, frente al Madrid, el Barça necesita hoy la mejor versión del argentino, máximo realizador de esta edición de la Liga de Campeones. Para Guardiola, como ya ha dicho otras veces, no hay debate posible: «Como si está 27 partidos sin marcar. No puedo estar preocupado porque Messi no marca. Nos estamos acostumbrando a que marque tres goles y dé tres asistencias. Su juego tiene mucha incidencia en ataque, pero démosle tranquilidad y permitamos que no marque hasta cuando él quiera», lo ha excusado Guardiola.

También pidió un respeto para sus jugadores, que, según el técnico, ya han superado situaciones tan delicadas o más que la actual. «No tengo ninguna duda de que el equipo va estar en Múnich. ¡Claro que pienso que llegaremos a Múnich!». Piqué también lo tiene claro: «Jugando como en Stamford Bridge estaremos en la final».

Su colega del Chelsea Roberto di Matteo mantiene la prudencia. «Las cosas están al 50 por ciento», dijo el técnico, una opinión respaldada por la figura del equipo en la ida, el guardameta checo Peter Cech: «Espero que marquemos un gol. También creo que será un partido de pocos goles y un tanto dará la diferencia, igual que hace años sucedió con el que marcó Iniesta», ha señalado. «Llevo esperando ocho años ganar la Liga de Campeones. Ahora nos sentimos con confianza y tenemos una mínima ventaja», ha añadido Cech.

Si Drogba se recupera finalmente de sus molestias en la rodilla, lo más probable es que Di Matteo repita la alineación de la ida, con una línea de cinco jugadores por delante de la defensa. En caso de que el delantero africano se quede en el banquillo, la oportunidad sería para Fernando Torres, que en su etapa en el Atlético de Madrid marcó siete goles al Barça, cuatro de ellos en el Camp Nou. En declaraciones a la página web de la UEFA, Torres no se anduvo con paños calientes: «Está claro que el Barcelona está un paso por delante de los demás clubes, pero esto es fútbol. El mejor equipo no siempre gana».