Asfixiado tras 57 minutos de esfuerzo y más de 7 kilómetros de ayudas, Juan Mata recuperó algo de aire para el esfuerzo final. El árbitro señaló el final del partido y el asturiano hizo su último sprint desde el banquillo para abrazarse con sus compañeros. Su objetivo era Fernando Torres, su cicerone desde que llegara a Londres, el jugador más criticado en un año convulso y el autor, en fin, del gol que certificaba el pase del Chelsea a la final.

«Fernando se merece ese gol y todo lo bueno que le pase. Estoy muy feliz, teníamos todo en contra pero hemos sabido sufrir», comentó el asturiano al final del partido. «El Madrid es un equipo español y siempre hace ilusión enfrentarse a él, pero que pase el que más se lo merezca», comentó sobre el rival en la final.

La presencia de Mata permitirá que la cuota asturiana no se resienta en la final de Munich. El extremo del Chelsea será el sexto asturiano en la historia de la Copa de Europa que participe en la final. Chus Herrera (Real Madrid, 1960), Alberto (Atlético de Madrid, 1974), Julio Alberto (Barcelona, 1986), Angulo (Valencia, 2000) y Villa (Barcelona, 2011) son los precedentes. De ellos, sólo Villa se proclamó campeón sobre el campo.

El logro del Chelsea en el Camp Nou se cobrará algunas víctimas. Terry (expulsado) y Meireles y Ramires (por acumulación de amonestaciones) se perderán la final.