Setenta y tres años de fidelidad a unos colores bien merecen un detalle como el que tuvo ayer el Sporting con José María Rodríguez Berros. El socio número 2 del club gijonés se encuentra ingresado en el Hospital de Begoña por unos problemas cardiacos. A sus 93 años, José María Rodríguez sigue con sufrimiento la suerte del equipo de sus amores en una temporada complicada. Este veterano aficionado es el patriarca de una familia que ya alcanza las cuatro generaciones de sportinguistas. Fue precisamente una de sus nietas, Laura Rodríguez, quien informó al club, mediante una carta, de los problemas de salud de su abuelo.

El Sporting quiso tener un gesto que le sirviese de estímulo en la recuperación. Por eso, al mediodía de ayer, el director de comunicación del club, Manfredo Álvarez, se personó en el Hospital de Begoña para entregarle una camiseta firmada por toda la plantilla sportinguista y desearle una pronta recuperación. Tanto el abuelo como su nieta agradecieron un detalle que supuso una alegría para este aficionado.

El Sporting siempre ha presumido de que su masa social es el mayor valor con el que cuenta esta entidad. La afición nunca falla y lo muestra casa sábado en El Molinón, con entradas que son la envidia de media Liga, y en cada desplazamiento. La Mareona ha dejado ya de ser noticia para convertirse en una tradición que llena de colorido los campos que va visitando el Sporting.

El club, en la medida de sus posibilidades, también intenta corresponder. Por eso, distingue con la insignia de oro a los socios que alcanzar los cincuenta años como abonados de la entidad y presta especial cuidado en tener algún representante en los actos que organizan las peñas, a los que también facilitan la asistencia de los futbolistas. Ahora medita que los veteranos se impliquen en estas tareas.