Oviedo, Nacho AZPARREN

Con la Premier bajo el brazo y la Eurocopa en el horizonte, Silva eligió la semana pasada la tranquilidad de Arguineguín (Las Palmas) para recuperar fuerzas. No lo hizo solo. Como es habitual desde hace tres años, Eduardo Álvarez Gil le acompañó en su descanso antes de la citación de Del Bosque. El fisioterapeuta mierense se ha erigido en las últimas temporadas en algo más que la persona que cuida de la salud del canario: las horas de trabajo le han convertido en su compañero inseparable.

«Es normal que David note algunos síntomas de cansancio después de 60 partidos, pero llegará perfecto a la Eurocopa. Estoy seguro». Eduardo Álvarez es optimista sobre las opciones de Silva en la Eurocopa. Después de una semana en tierras canarias, el fisioterapeuta ha regresado a su clínica mierense con el deber cumplido: Silva está en perfectas condiciones.

«La parte positiva del final de Liga es que llega con la moral a tope después de ganar la Premier. La mala, que compitió con mucha intensidad hasta el último minuto. No ha tenido partidos para descansar como, por ejemplo, los jugadores del Madrid», describe el fisioterapeuta.

Su relación se remonta a hace tres temporadas. Álvarez trataba asiduamente al futbolista asturiano Sergio Díaz, en el Hércules. En Alicante, en una de sus sesiones al asturiano conoció a Ruz, canterano del Valencia. «Uno de los mejores amigos de Silva en el mundo del fútbol», aclara Álvarez, «cuando Ruz se rompió el ligamento cruzado de la rodilla conocí a Silva».

A partir de entonces se forjó una relación que dura hasta ahora. «Es más amistad que una relación profesional. Voy a tratarle a Inglaterra y me quedo en su casa», comenta el fisio. «David es un tío normal, más tímido de lo que parece. Además es tranquilo y familiar, así es muy fácil trabajar con él. Si tuviera que tratar a Balotelli seguro que no lo tendría tan fácil», señala con gracia.

Con Silva como carta de presentación, la fama de Eduardo Álvarez ha ido calando en el mundo del fútbol. Dentro de la región, son varios los futbolistas que han pasado por sus manos. Aunque no todos lo hacen públicamente. «A algunos tienes que tratarlos en secreto porque los clubes no lo ven bien. Hay otros que entienden que eres una ayuda», indica; «en el Oviedo, por ejemplo, colaboraba con ellos y tenía hilo directo con Pacheta». El Hércules directamente le proporcionaba el chándal y las zapatillas del equipo. Como uno más.

Desde la primera fila -viaja aproximadamente una vez al mes a Manchester-, Álvarez puede comprobar ahora in situ cómo funciona la Premier. También le ha servido para acabar con algunos mitos. «Me esperaba una Liga más física, la verdad. La dificultad en los últimos años para Silva es que ha pasado de ser un gran jugador a una estrella mundial. Ahora le hacen marcajes más férreos. Pesa más eso que el supuesto aumento del ritmo en la Premier», analiza el mierense.

Las heridas de guerra de la máxima competición son evidentes. «Después del partido entre el City y el United le estuve tratando hasta las 4 de la mañana. La gente suele comentar que los futbolistas viven muy bien, pero hacen esfuerzos muy grandes: conviven con el dolor», explica.

Silva prepara su puesta en escena en la Eurocopa desde el cuartel general de Austria mientras su fisio apuesta por él: «Es su reválida, el momento de demostrar que es un grande». Para que su estado anímico sea el mejor, ya le ha informado de la última alegría. «Le hice este año socio del Caudal y ya le he comentado el ascenso. Está encantado. ¡Es nuestro amuleto!», comenta el fisio entre risas.