Aunque no soy partidario de que el Lealtad salga un día sí y otro también en los medios de comunicación por motivos extradeportivos, quiero aprovechar esta ocasión para dejar claro que tanto yo como toda mi junta directiva tenemos la conciencia totalmente tranquila.

Con nuestra gestión, haya sido buena o mala, no hemos hecho otra cosa que trabajar sin desánimo, día a día, y aportando algo más que trabajo cuando fue necesario. El socio sabe que la anterior situación no era muy buena y que, debido principalmente a unos gastos no acordes con los resultados y con la actual crisis en todos los sectores, perdimos recursos y patrocinio durante dos años. Además de los gastos, ya tan comentados, en agua y uso de instalaciones municipales, que llegaron casi a los 50.000 euros en los últimos años.

Todo ello acarrea un déficit que, aunque no es realmente el que se está mostrando en los titulares, no sé con que interés, es muy importante. Ahora todos esperamos que, con la nueva directiva, aumenten los socios y la publicidad. Eso, unido a los posibles recortes en los gastos que consideren oportunos y a los logros del año pasado en lo que se refiere a gastos de agua -a lo que hay que añadir que a partir de ahora habrá un convenio mixto para la gestión del campo de Amandi y una rebaja muy considerable en la tarifa del uso del Polideportivo- hace una diferencia favorable muy importante para el presupuesto anual.

También espero que los que en estos últimos años intentaron desunir y criticar todo por norma, ahora empiecen a ver al Lealtad como un solo club y no como el equipo de un determinado entrenador o de un grupo de padres. Nadie debe tener poder para hacer cosas particulares y utilizarlo a su antojo. Todo forma parte de un solo club: los jugadores, los entrenadores, las instalaciones...

Hay gente que debería estar más agradecida a esta directiva por muchos motivos, pero no es momento de comentar y sacar cosas a la luz, que sólo servirían para enfrentar y desunir. Y ahora eso no toca.

Espero para este año una directiva unidad por un solo club, un equipo en Tercera y un fútbol base para el futuro del Lealtad y no para el capricho y orgullo personal y particular.

Después de un año tan difícil y complicado como este, sólo tengo palabras de agradecimiento para mi directiva, empleados y primera plantilla, que dieron la cara domingo a domingo en el campo ante una situación tan complicada, sabiendo mantener discreción y respeto. Lavando la ropa en casa, como tiene que ser.

También estoy agradecido a todos los jugadores y el organigrama del fútbol base, sin rencor hacia nadie, a nuestros colaboradores y patrocinadores, como fueron en años anteriores el Grupo Isastur y ahora es Autocares Cabranes, a todos los presidentes de Segunda B y Tercera, a la Federación Asturiana de Fútbol, y sobre todo, al socio de siempre, que es el verdadero dueño y motor del Lealtad y que debe de velar para defender su soberanía y no permitir que el club sea pasto de intereses políticos o de conveniencias temporales y personales.

Al final, y con el paso del tiempo, lo que queda de las personas es su buena voluntad.