Tras estirar sus vacaciones dos semanas más de lo debido, el Sporting inicia en El Sardinero su particular «operación retorno». A Primera, se entiende, porque no hay otro destino posible para el club con más historia de la categoría de plata. Los de Manolo han concedido dos partidos de ventaja a sus rivales y ahora toca apurar el paso. El primer paso será marcar diferencias con el Racing de Santander, su vecino amable de los últimos años. La comparación fácil tiende a igualar las trayectorias de ambos equipos, cuando se trata de dos realidades bien distintas.

Bien es cierto que unos y otros no han dado la talla en estos dos partidos. Pero mientras el Racing da la sensación de que no llega, al Sporting sí que se le espera en la pelea final por el ascenso. El Racing de hoy es el Sporting de hace siete años. Sumido en una grave crisis económica e institucional, sin dinero para confeccionar una plantilla, obligado a precipitar la recolección en bruto de sus canteranos sin proceso de selección alguno y a aceptar en su vestuario a futbolistas de medio pelo traídos de exóticos destinos. El Sporting de hoy es un club serio, con fama de pagar al día, que intenta escapar de los problemas financieros, estable a todos los niveles, con un equipo hecho y apuntalado al que se van incorporando los mejores brotes del vivero de Mareo. Y con su gran tesoro: la Mareona. Más de mil de sus representantes arroparán hoy a los de Manolo a pesar de las dos derrotas, a pesar del descenso inesperado, a pesar de todos los pesares. Ahí está la gran diferencia.

El mensaje que se lanza desde el banquillo es claro: el mal ha sido detectado y se aplicará un tratamiento de choque. Para eso, para buscar la agresividad que le ha faltado en los dos primeros envites, Manolo cambiará medio equipo. Lora y Mandi llenarán de músculo el centro del campo; Carmona volará por la derecha y De las Cuevas volverá a su mejor posición en la mediapunta. El debut de Luis Hernández en el lateral derecho vendrá impuesto por los problemas físicos de Pedro Orfila. La duda está en la izquierda. Hugo Vieira ha lucido velocidad, desparpajo y talento, pero quizá sea pronto para echarle el equipo encima. La opción de Juan Muñiz, autor del segundo gol ante el Murcia, cotiza al alza. El campeón de Europa sub-19 le gusta -y mucho- a Manolo, quien lo exprime en cada sesión, consciente de lo mucho que tiene el gijonés para ofrecer.

Manolo también ha señalado a los culpables. El principal, Carmelo, que ha pasado de titular en los dos primeros partidos a quedarse fuera de la convocatoria. También Sangoy ha recibido lo suyo por el viaje de una semana a Argentina tras ser titular en Soria. Lo de Trejo, Ricardo y Nacho Cases han sido pecados veniales y por eso han viajado a Santander y cuentan con alguna opción de entrar en el equipo, en especial el argentino, uno de esos futbolistas de los que siempre se puede esperar algo.

Manolo necesita ganar. Por más que el club lanza mensajes de confianza, los agoreros han comenzado ya a criticar por lo bajinis, sin valorar el trabajo diario de un técnico de la casa que está sembrando Mareo con unos métodos de trabajo modernos. Sería bueno, y hasta justo, que llegara la primera victoria.