Santa Cruz de Tenerife,

Lorenzo DORTA

El Caudal no pudo aguantar el empuje del Tenerife en la segunda mitad y regresa de la isla con cero puntos de bagaje. Los de Paco Fernández completaron un encuentro serio en el Heliodoro Rodríguez López pero no pudieron resistir todo el partido ante el líder inmaculado del grupo.

Le costó desentumecerse a los locales pero desde que lavaron sus legañas, consiguieron superar en todas las facetas del juego a un oponente que en ningún momento inquietó la portería de Sergio Aragoneses. Con la victoria, el Tenerife confirmó su mejor arranque de la historia.

El conjunto blanquiazul comenzó presionando con eficacia desde el campo rival pero sus robos se convertían en estériles por culpa de las imprecisiones en la entrega de los de Álvaro Cervera. Ni un solo disparo a puerta durante 20 primeros minutos. Eso sí, los asturianos contraían aún menos méritos en ataque.

Casi no alcanzaban el área de los canarios, pese a que su voluntad era de tocar y tratar de llegar con fútbol a las inmediaciones de Sergio Aragoneses. La afición local, por tanto, debía esperar a que una genialidad de Luismi Loro, el futbolista mejor dotado técnicamente de los 22, otorgara a los suyos alguna opción de gol.

Y a punto estuvo a través de un zurdazo desde fuera del área que impacto en el lateral de la red de la portería de Segura (20'). También se encomendaban los seguidores del cuadro isleño a la racha anotadora de Aridane, hasta ese instante casi inédito. Pero el grancanario apareció a la media hora de juego para centrar desde la banda un balón envenenado que Loro no lo alcanzó conectar con su testa. Quizás si hubieran invertido sus papeles en esa acción se hubiera inaugurado el marcador.

Así, concluyó el primer período con empate a cero, la primera vez en Liga que el Tenerife no conseguía marcar antes del medio tiempo. El Caudal solo había disparado por ese entonces en una ocasión (39'), aunque tímidamente, sobre la meta de Aragoneses. Mientras que sus adversarios tampoco hicieron mucho más en este aspecto, solo un tiro lejano más de Chechu Flores (40') sin consecuencias.

El Tenerife pareció salir con más chispa tras la reanudación, de hecho, a los cuatro minutos contó ya con una ocasión de peligro. Pero Chechu no acertó en la definición tras encarar al portero, aunque desde una posición un tanto escorada. Sin embargo, se resarciría de esta ocasión 12 minutos después. El mayor mérito, para Cristo Martín. El canterano se marcha de varios jugadores desde el vértice del área y se inventa una asistencia precisa que el gerundense convierte en el 1-0.

A partir de ese instante, el Tenerife gozó de sus mejores momentos de fútbol. Fruto de ello, llegaron dos nuevas oportunidades para marcar. La primera (63'), a cargo de Raúl Llorente, al estrellar un remate en el cuerpo de Segura, tras una falta. Y la segunda (66'), por medio de una internada de Suso que no atinó a colocar entre los tres palos. Aridane recibió en profundidad de Suso y tampoco en esta ocasión se apiadó del cancerbero rival. A partir de entonces, ya no existió el partido.