Gijón, Víctor RIVERA

Buena parte de las decisiones que tome Manolo para afrontar un partido que puede marcar su futuro inmediato dependerá de las sensaciones de Mandi. Al centrocampista canario le han bastado tres apariciones sobre el césped para convertirse en una piedra angular del juego rojiblanco. Cuatro de los pilares más sólidos sobre los que se asentaba el proyecto rojiblancos se encuentran en manos de los sanitarios. Lora, De las Cuevas y Sergio, descartados para el encuentro en El Molinón. La única esperanza es Mandi. El canario, que ayer aumentó su intensidad de trabajo junto al readaptador Lorenzo del Pozo, pasará esta mañana la prueba definitiva. Mandi se entrenará por primera vez con el grupo en diez días y cada uno de sus movimientos será observado al milímetro por su entrenador, Manolo, por los servicios médicos y por el readaptador.

Entre todos, y de consenso con el futbolista, se tomará una decisión al término de la sesión, apenas unos segundos antes de que Manolo confeccione la convocatoria para el choque ante el Alcorcón. De la suerte de Mandi, de que remitan esas molestias que le impidieron jugar en Elche, dependerá también la de varios de sus compañeros. Los primeros y los afectados más directamente serían Ricardo y Álex Barrera. En principio, Mandi entraría en el puesto del tinerfeño, que podría regresar al banquillo o dar un paso adelante sobre el césped en perjuicio del canterano.

Incluso no se descarta que Manolo sorprenda con alguna variante táctica, aunque el dibujo que mejor rendimiento le ha dado en este inicio de temporada ha sido el 4-1-4-1, con un trivote en el centro del campo. Por ese lado, no se esperan cambios, aunque Manolo medita la posibilidad de que David Rodríguez se infiltre entre la línea de mediapuntas y situar a Sangoy como delantero de referencia. El argentino dejó buenas sensaciones en el tiempo que jugó en Elche, aunque le faltó un poco de fortuna para que acabasen en gol alguna de las dos buenas ocasiones de que dispuso para marcar.

Otro aspecto al que sigue dándole vueltas el técnico de El Llano es a la posibilidad de buscar alguna nueva variante defensiva. Iván Hernández gana enteros como pareja de Marcos Landeira en el centro de la zaga. Y la última pincelada que le queda por darle al equipo es la situación de Álex Barrera. El canterano comenzó de reserva el encuentro ante el Elche en su regreso a la convocatoria del primer equipo, tras haber sido devuelto al filial. Barrera salió en el segundo tiempo y le cambió completamente la cara al equipo.

Manolo tiene que medir bien una alineación en la que se juega mucho. Las primeras voces críticas ya han comenzado a oírse entre un sector minoritario y ruidoso del sportinguismo. El consejo de administración le ha trasladado su respaldo al técnico, pero es innegable que su figura quedará más que debilitada si el equipo tropieza de nuevo en casa ante el Alcorcón.

El vestuario y el grueso de la afición han cerrado filas esta semana en torno al entrenador rojiblanco. Los mensajes de apoyo se han repetido, lo que viene a confirmar que el debate está abierto. Las pancartas colocadas en la tribuna sur de El Molinón, coincidiendo con el entrenamiento del equipo el pasado miércoles, han tenido un efecto estimulante para técnico y futbolistas. La sensación dentro del vestuario es la de que el buen trabajo que se está realizando tiene que comenzar a dar frutos.

Cuesta decir que el Sporting juega finales en la sexta jornada de Liga, pero la visita del Alcorcón se ha planteado como un necesario punto de inflexión. Ganar al equipo de Bordalás supondría el punto de apoyo para tomar impulso que necesita este equipo. El Sporting ha concedido ya una ventaja estimable a sus rivales directos, pero hay tiempo más que suficiente para la remontada. Manolo no busca excusas, pero es cierto que las lesiones están castigando con dureza al equipo, al afectar a algunos de sus futbolistas más importantes. Un handicap que el Sporting tendrá que ser capaz de enjugar, porque lo único que vale ya es sumar tres puntos.