Oviedo, Nacho AZPARREN

Un Oviedo romo en ataque y con dificultades para construir el juego tropezó con el colista del grupo, el Marino canario. Los de Sarriugarte nunca terminaron de sentirse cómodos sobre el terreno de juego ante el Marino, un conjunto que se presentó en el Tartiere sin complejos, con la defensa adelantada y una propuesta valiente a la que sólo le faltó más presencia en ataque.

A los 20 minutos, los canarios ya habían disfrutado de 4 saques de esquina. Los primeros minutos eran de los visitantes, mientras el Oviedo no lograba crear fútbol con ataques demasiado estáticos y faltos de profundidad. Sin embargo, la mejor ocasión en la primera mitad fue de los azules Un buen pase de Busto dejó a Casares en posición inmejorable. El extremo recortó y disparó con precisión pero Alberto sacó una mano providencial.

El Oviedo intensificó su dominio tras el descanso. Más por insistencia y tesón que por argumentos futbolísticos los de Sarriugarte acorralaron a los canarios en su campo. Fruto del dominio el Oviedo reclamó un penalti sobre Casares en un agarrón sobre el andaluz que el colegiado no apreció. Los canarios dieron por bueno el empate y apenas inquietaron a Barrio. Los últimos intentos de Aquino y Busto, a la desesperada, no pudieron evitar el primer tropiezo del Oviedo en el Tartiere.