A Armstrong siempre le quedará el «Príncipe de Asturias». El ciclista estadounidense fue galardonado en 2000 con el premio de los Deportes. La Fundación Príncipe de Asturias no contempla en su reglamento la retirada de premios, según comunicó ayer un portavoz del organismo, que añadió que no habría más manifestaciones al respecto.

Lance Armstrong ha sido desposeído de sus siete Tour de Francia por la UCI (Unión Ciclista Internacional), que atendió la petición de la USADA (Agencia de Estados Unidos contra el Dopaje), después de que ésta señalase que los triunfos del ciclista fueron producto del dopaje, en lo que fue la trama más sofisticada jamás vista, también en palabras de la USADA.

El ciclista estadounidense mantiene su nombre en el historial de los premios de Deportes de la Fundación, pero no vino a recogerlo, por lo que se quedó sin el diploma acreditativo, la estatuilla y el dinero, aunque llegó a reclamarlo, al enterarse de que el galardón aparejaba una dotación económica, pero desde la Fundación se le comunicó que no era acreedor a él al no haber venido.

El jurado, presidido por Juan Antonio Samaranch, de aquélla presidente del Comité Olímpico Internacional (COI), expresó en el acta que «Armstrong representa desde el mundo del deporte la lucha del hombre para superar enfermedades en muchos casos tenidas como terminales. Armstrong padeció un cáncer con metástasis y pese a ello no renunció a la vida ni al deporte. Tras someterse a intervenciones quirúrgicas y tratamientos de quimioterapia, regresó al deporte en contra de la opinión de muchos expertos. Es un ejemplo universal de cómo una persona puede enfrentarse con éxito a una enfermedad tan temible».

En una jornada en la que el propio Armstrong borró en su Twitter cualquier referencia a sus triunfos en la ronda gala y en la que decía que sus intereses son «el crecimiento de mis cinco hijos, la lucha contra el cáncer, la natación, la bicicleta, correr y el golf, siempre que puedo...», el texano recibió otro mazazo en forma de declaración del ex ciclista Steffen Kjærgaard. El noruego, que corrió con Armstrong en el US Postal de 2000 a 2003, admitió ayer haberse dopado durante sus años en el equipo estadounidense, aunque dijo no saber nada de lo que hacía el resto.

«Fui parte del ahora conocido régimen del US Postal para preparar a los ciclistas al máximo. Estuve metido en ese carrusel casi tres temporadas», declaró Kjærgaard, de 39 años, en una rueda de prensa en el estadio Ullevaal de Oslo.

Kjærgaard dijo que el contacto se realizaba a través del médico del equipo, y que aunque supone que el director (Johan Bruynell) estaba detrás y que otros corredores también se dopaban, no puede afirmarlo con seguridad.

«No he tenido conocimiento directo sobre eso, era un sistema cerrado y yo decidí mantenerlo cerrado», afirmó Kjærgaard.

A pesar de haber corrido dos Tour de Francia con el US Postal, en 2000 y en 2001, negó saber algo de las afirmaciones de otros compañeros, como Floyd Landis, acerca de que los corredores recibían microdosis de EPO cuando viajaban en autobús durante la carrera.