Todo sucedió hace justo dos años. El Sporting buscaba reforzar el equipo en el mercado de invierno y Manuel Preciado escogió a Michu. Por entonces, el mediapunta ovetense jugaba con el Celta en Segunda División y le faltaban unos meses para acabar contrato. La negociación de uno de los grandes ídolos del oviedismo con el eterno rival levantó tanto revuelo que Preciado llegó a improvisar una rueda de prensa para tenderle un capote al jugador. «Con todo el respeto al Sporting, allí no hubiera sido feliz», confiesa el asturiano dos años después. Michu es hoy el jugador de referencia del Swansea City, club galés que compite en la Premier League inglesa, y el máximo goleador del campeonato con trece tantos.

El futbolista reconoce que, después de rechazar la oportunidad que le ofrecía el Sporting de llegar a Primera División, algo que llevaba esperando desde niño, «hubo momentos de bajón en los que pensó que tenía que haberlo cogido». Michu realiza todas estas reflexiones en el transcurso de una entrevista concedida a «El País». En ella, desde la distancia física y temporal, habla con franqueza de cómo vivió aquella negociación con el Sporting y de las consecuencias que tuvo su respuesta. «Suponía regresar a Asturias, a mi casa, y era mi primera oportunidad de jugar en Primera División. Renuncié a un sueño de niño, pero confías en que te llegue otra oportunidad», expone. También narra la multitud de opiniones enfrentadas que tuvo que escuchar esos días, incluso dentro de su familia.

La entrevista está llena de referencias a personas vinculadas al Sporting, como su entrenador, José Ramón Sandoval, que fue técnico de Michu en el Rayo Vallecano la temporada pasada. Tras acabar contrato con el Celta, Michu aceptó una oferta del club madrileño que le permitió jugar finalmente en Primera División y lo hizo con un rendimiento óptimo. «Le estoy muy agradecido a Sandoval que, en el Rayo, me puso en treinta y siete partidos, sólo me perdí uno por sanción. No me cambiaba nunca, me corregía mucho», confiesa el asturiano. Michu no tiene inconveniente en detallar cómo era su relación de proximidad con el actual técnico rojiblanco: «Era mi primer año en Primera y quería aprender. Los lunes ponía vídeos y le decía que me corrigiera porque yo sabía que hacía muchas cosas mal. Me daba un USB con los errores».

Aunque pasa más de soslayo sobre él, Michu también cita al entrenador gijonés Alejandro Menéndez, con el que mantiene una estrecha relación desde que ambos coincidieron en el filial del Celta. En sus declaraciones, el jugador deja patente su condición de oviedista y evoca el año en que el Oviedo descendió deportivamente a Segunda División B y a Tercera por razones económicas. El Sporting se quedó en solitario como el club de referencia de Asturias y el Oviedo vivió unos meses de incertidumbre en los que se llegó a temer que sus equipos de base llegaran a iniciar la competición. «Hubo mucha gente de la cantera del Oviedo que decidió irse al Sporting porque estaba más fuerte deportiva y económicamente. Yo decidí quedarme en un año en el que no sabía si íbamos a competir. Prácticamente no hicimos pretemporada», valora.

A Michu, su arriesgada apuesta le ha salido bien. Hoy es un futbolista reconocido a nivel internacional y ya comienzan a oírse voces que piden su presencia en la selección española. El episodio de su posible fichaje por el Sporting ha quedado como una anécdota que acredita su fuerte carácter y su alto grado de confianza en sí mismo para alcanzar el objetivo final.