Oviedo, Nacho AZPARREN

Con Orlando Quintana se cumple al pie de la letra los dos presupuestos que han marcado los fichajes del Oviedo en este mercado de invierno. Por una parte, una negociación veloz y, por otra, que su llegada aporte novedades a la plantilla. El fichaje de Orlando se produjo en cuestión de horas y su aterrizaje supondrá contar con un portero de experiencia (tiene 34 años) y muchas horas en la competición. Así visto, Orlando cumple a rajatabla el perfil exigido Sarriugarte.

Las cuatro incorporaciones del mercado invernal se han cerrado esta semana. Era uno de los deseos del técnico vasco, que con la concentración de adquisiciones gana tiempo para que la adaptación sea lo más rápida posible y evita nerviosismo en una plantilla que veía el mercado como una seria amenaza para su continuidad.

Orlando Quintana llega a El Requexón para competir directamente con el puesto con Dani Barrio (25 años). El gijonés ha sido el titular indiscutible durante esta temporada actuando a gran nivel, pero la presencia de Orlando le exigirá lo mejor de sí para mantenerse en la puerta azul. «Sí, claro que conozco a Barrio», asegura el meta canario; «he estado un par de veces en el Tartiere y lo he visto jugar. Es un portero con muchas cualidades, me parece muy bueno».

Entre las experiencias vividas por el meta en el fútbol (ha pasado por Universidad de Las Palmas, Las Palmas, Celta, Lorca, Mérida, Pontevedra y Ponferrada), su último paso por Segunda B es la que sirve como mejor aval posible. Como portero titular de la Ponferradina logró el ascenso a Segunda. Y lo hizo por el camino más largo: superando tres eliminatorias que finalizaron con una victoria en el Heliodoro Rodríguez López de Tenerife.

Aquel partido estuvo marcado por la polémica en los días previos, cuando Orlando denunció que había recibido una llamada instando a que se dejara ganar. «Tengo el recuerdo del ascenso a Segunda muy reciente y sé lo complicado que es conseguirlo, sobre todo si no acabas primero de grupo. Si puedes conseguir el primer puesto tienes muchas más garantías de ascender. Es mucho más reconfortante acabar líder de tu grupo», recita como clave del ascenso.

En la colección de partidos que guarda en la memoria, Orlando vivió en sus carnes lo que es enfrentarse a un estadio en pleno estado de ebullición. Al canario le tocó defender la meta del Pontevedra en la eliminatoria de ascenso que enfrentó a los gallegos con el Oviedo en la temporada 2009-10.

El equipo, entrenado entonces por Pablo Alfaro, se impuso en su campo por 2-1 en la ida y viajó al Tartiere dispuesto a defender su renta. El encuentro en el municipal ovetense confirmó que el Pontevedra pasaba a la siguiente fase. Orlando tiene vivo aquel recuerdo: «Venir a jugar al Tartiere y ver aquel ambiente fue algo impresionante. Hay que disfrutar de ese ambiente, aunque con una responsabilidad muy grande».

Su integración en el vestuario será más fácil por la presencia de dos ex compañeros en la plantilla. Pedro Baquero, con el que coincidió en el Pontevedra, y Manu Busto, con el que compartió caseta en el Lorca, le pondrán las cosas más sencillas. «Siempre es bueno llegar a un vestuario y encontrarte a antiguos compañeros. Baquero es íntimo amigo mío, es agradable ver caras conocidas en el vestuario», asegura, «Ojalá que el próximo año podamos estar hablando de otra categoría», corona.