Oviedo, Nacho AZPARREN

Plantilla y cuerpo técnico lo habían repetido por activa y por pasiva, el aficionado siempre ha sido consciente de la situación y hasta la directiva y el Ayuntamiento buscan soluciones de urgencia. Pero hasta la fecha no se habían tenido que lamentar daños directos. El período sin lamentos se ha acabado. Tras salir tocado del partido ante el Sanse, Manu Busto se ha hecho las pertinentes pruebas médicas y han confirmado el peor de los presagios: sufre una rotura de fibras en el cuádriceps izquierdo y permanecerá de baja al menos tres semanas.

La recuperación podría alargarse más de la cuenta teniendo en cuenta los precedentes y la necesidad de que el futbolista esté al cien por ciento de sus condiciones. La confianza de Sarriugarte en Manu Busto ha sido total desde el primer día de competición. El cántabro disputó los nueve primeros partidos de la Liga como titular, acumulando minutos de competición y convirtiéndose en la principal referencia en ataque. Después, una molesta pubalgia le hizo estar en el dique seco durante cinco semanas.

Sarriugarte, consciente de la importancia de que Busto llegue en buenas condiciones al tramo importante de la temporada, decidió entonces dosificarlo. El atacante jugó como suplente los seis primeros partidos desde que se recuperó de la pubalgia, aportando aire fresco desde el banquillo.

Ante el Fuenlabrada, Busto aprovechó la sanción de Casares para recuperar su sitio en el once. Ante el Sanse, cumplía su segundo partido como titular hasta que notó molestias en el cuádriceps de la pierna izquierda. Las pruebas practicadas en la mañana de ayer, después de que no remitiera el dolor, confirman que el Oviedo deberá olvidarse de su concurso cerca de un mes.