La recuperación de su lesión y la llegada de un nuevo técnico pueden facilitarle su entrada en el once. Manu Busto celebra la apuesta por la posesión de balón que está dispuesto a inculcar José Carlos Granero desde sus primeros pasos en el club azul. El cántabro está viviendo una temporada difícil por las lesiones, pero la recta final de la temporada siempre ha significado una ocasión perfecta para demostrar que su calidad admite pocas comparaciones en Segunda B.

«Granero ha venido con muchas ganas e ilusión. Solo llevamos dos días y hasta ahora nuestra labor es asimilar cuanto antes su estilo. La primera impresión es buena», comentó el cántabro.

El atacante desveló algunas de las claves en las órdenes del valenciano: «Quiere que juguemos por abajo y eso se agradece. Es un fútbol que me gusta y en el que me siento cómodo». Para Busto, los diez partidos restantes no solo significan una oportunidad de escalar posiciones en la tabla; también tienen algo de reivindicación personal. «Mi lesión ya ha quedado atrás, ahora me encuentro ilusionado con poder ayudar al equipo en estos diez últimos partidos de Liga. Me supo mal no poder ayudar en todo este tiempo y ahora quiero resarcirme», argumenta.

Manu Busto formó parte en el partidillo de ayer. Granero dispuso dos equipos de los que no se desvelan muchas claves para el partido del domingo. Uno de los equipos estuvo formado por Orlando; Owona, Trabanco, Mantovani, Cantero; Aitor Sanz, Simón; Moré, Señé, Iker Alegre; Sol. Y el otro por Dani Barrio; Chapi, David Fernández, Baquero, Sinchi; Rubio, Cerrajería: Jandro, Manu Busto, Casares; Pepe Díaz.