1. Es feo. Los que también lo somos estamos muy unidos. Lo primero que llama la atención del jugador blanco es esa poderosa napia que corona una cara alargada. Dicha faz, vista de frente, da más miedo que un espectáculo de Pedro Ruiz. Cargar con esa losa y triunfar. He aquí un «peaso» de tío.

2. Es croata. Ésta es la segunda característica que lo une a nosotros y a otro de mis ídolos, Prosinecki. Sólo por eso ya merecería un monumento en todas las plazas de España.

3. Ha sobrevivido a una guerra, la de Croacia. Su infancia es una sucesión de retos después de que el Ejército serbio asesinase a su abuelo y su familia se viese obligada a vivir como refugiada en hoteles. Un grande.

4. Es mediapunta. Qué palabra más brutal: mediapunta. «Ten un buen mediapunta y ya te bastará en la vida», decía el famoso entrenador de los Calembers de Botsuana, Bakuti Kimalo (1678-1714). Se nota que Mou confía en él y le está dando todos los minutos que se merece.

5. Marca golazos. Después de su tanto en Manchester, el amigo Modric se ha vuelto loco salvándonos el partido contra el Mallorca. Treinta y cinco metros. Golazo desde treinta y cinco metros. La madre que lo parió.

6. Nos reactivó en Manchester. Si no llega a haber sido por su aparición (y, bueno, por el árbitro), nos hubiésemos vuelto de Inglaterra sin Champions y con unas ganas brutales de matar a Cristiano Ronaldo.

7. Le gusta el jamón. Se le ha visto celebrando victorias con jamón. Da miedo lo bueno que es eso.

8. Nos anima la Liga. En un campeonato muerto, que haga minutos y juegue como el primer día es importantísimo. Así nos reanima de esta terrible maldición.

9. Puede ser esencial en cuartos. Poco que añadir.

10. Gracias a su fichaje, alguien engañó al «Marca». Sí, amigos, un hacker filtró una foto de su fichaje diciendo que Modric estaba en Madrid y... no, no estaba: era una instantánea trucada de 2010 en Inglaterra. El «Marca», con su avidez habitual, se la tragó completa y nos regaló un momento impagable. ¡Gracias, Luka!

11. Se llama como una canción brutal de Suzanne Vega.