Oviedo, Juan NIETO

Es cierto que el lenguaje del fútbol es universal, pero no lo es menos que en el deporte rey existen idiomas y matices que hacen única y singular la forma de entender el balompié en cada lugar. En la Oviedo Cup se unen diferentes culturas del fútbol, y una de ellas es la japonesa que brota de dos equipos: el Vegalta y el Kyoto Sanga. El primer conjunto es originario de la región de Sendai, capital de la provincia de Miyagi, una de las zonas más devastadas por el tsunami que asoló el país hace dos años. Keisvke Hongo y Yuta Motoyoshi, futbolistas del Vegalta, apenas tenían 13 años cuando ocurrió la tragedia y, aunque son conscientes de las desoladoras consecuencias de la misma, prefieren mirar hacia delante.

A su técnico Echigo le gusta hablar de fútbol, se nota que vive por y para este deporte. Cuando se le pregunta por el tsunami, se queda pensativo. A los pocos segundos recuerda la solidaridad del fútbol español en aquellos momentos, «no sólo por los minutos de silencio que se guardaron en los campos españoles en homenaje a las víctimas, sino también por el material y el equipamiento deportivo que donaron los clubes de la Liga».

Cada jugador ha vivido y superado aquella trágica experiencia en mayor o menor medida, aunque sin duda la peor parte se la han llevado «aquellos muchachos que han perdido algún familiar», comenta el preparador.

Echigo es la cara visible del cuerpo técnico del Vegalta, un club que cumple a la perfección dos máximas de la cultura japonesa: disciplina y educación. Estos dos mandamientos son los que les intenta inculcar su entrenador, que asegura que la Oviedo Cup «es una experiencia muy positiva para los chavales y de la que seguro van a aprender». El torneo también le servirá al técnico japonés para vivir en primera persona la forma de entender el fútbol en España. «Aprovechamos la competición para ver instalaciones, aprender y después llevarlo a nuestro país», explica.

Echigo asegura que en la actualidad el «fútbol español es el número uno y la referencia en todo el mundo». Y eso se nota también en los propios jugadores. Keisvke juega de mediocentro y «mi ídolo es Xavi». A su lado, Yuta se ríe y añade: «Yo soy delantero y me gusta mucho Fernando Torres». Ambos futbolistas llevan desde la base jugando al fútbol y su sueño sería poder llegar a la élite. En este sentido, su entrenador dice «que tengo muy buenos futbolistas, pero son muy pocos los que llegan a triunfar, apenas un puñado».

El Vegalta disputó ayer un amistoso ante el Almafuerte argentino al que ganó 2-0 como preámbulo a su debut hoy en competición oficial.