El sueño está al alcance de la mano. A falta de siete jornadas para el final de la Liga, el Caudal se hizo con la cuarta plaza al vencer al Alcalá y aprovecharse de la derrota del Fuenlabrada en Zamora. Los pupilos de Paco Fernández dependen de sí mimos en el tramo decisivo de la competición para disputar por primera vez en la historia la promoción de ascenso. Algo totalmente impensable para el modesto conjunto mierense, pero el sueño es más que real. Dependen de sí mismos y cuatro de estos siete encuentros serán en el Hermanos Antuña.

Quien podía pensar que el Caudal podría jugar la promoción. Nadie, pero este Caudal puede con todo. Ayer pudo sentenciar en una primera parte antológica, pero tuvo que apelar a la épica para verse cuarto. El Alcala, casi descendido, se puso por delante, pero en treinta minutos los mierenses remontaron para acercarse al sueño.

Que el encuentro llegara al descanso con empate a cero fue algo increíble. Unas veces por las paradas de Juancho y otras por ineficacia, el Caudal se fue a los vestuarios sin marcar. Los mierenses sabían que si marcaban se meterían por primera vez en la temporada en puestos de promoción en solitario y por eso se vio al Caudal más ofensivo de la temporada.

En la igualdad de la Segunda B es prácticamente imposible ver hasta seis ocasiones claras y todas del lado caudalista. Javi Sánchez, Rojas y Armando Invernón tuvieron hasta cinco ocasiones clarísimas para ponerse en ventaja.

En la reanudación el panorama cambió. El Alcalá, con un juego muy directo, puso en problemas al Caudal, hasta que Biendi consiguió el 0-1. Los mierenses dieron una muestra más de su ambición y remontaron gracias a Rojas. El albaceteño marcó el primero tras un pase de Invernón y asistió a Javi Sánchez para que culminara con un toque de calidad una remontada para soñar. El sueño es más que posible. El Caudal depende de sí mismo para hacer historia.