La plantilla del Juanfersa Gijón Jovellanos afronta este fin de semana el compromiso de jugar en Pozoblanco, un encuentro que tendrá la dificultad añadida del larguísimo desplazamiento, 1.600 kilómetros entre ida y vuelta.

La ida la realizarán en dos etapas con una parada a mitad de camino para descansar. Peor será la vuelta, ya que está prevista que se realice de un tirón.

Conseguido el ascenso, la plantilla se mantiene ambiciosa y buscará ganar los dos partidos que le quedan a la Liga para tratar de superar al Barcelona B, que se mide a un Ereintza que se juega la vida y a un Bidasoa que está atravesando un gran momento, y que también se juega alcanzar la tercera plaza y con ella poder organizar la fase de ascenso de la que saldrá el equipo que acompañe al Juanfersa Gijón a la Liga Asobal.

El Pozoblanco no será un rival fácil, a pesar de la diferencia existente en la clasificación, segundo contra noveno. Los cordobeses no tienen matemáticamente asegurada la permanencia y la suerte le ha correspondido jugar las dos últimas jornadas ante Juanfersa Gijón y Puente Genil.

Julián Portero y Alberto Requena son los jugadores más destacados del Pozoblanco, una localidad en la que el balonmano se vive con intensidad y cuya cancha suele registrar una gran presencia de aficionados que no querrán perderse la visita del Juanfersa Gijón.

La semana ha estado llena de celebraciones y homenajes, pero también hubo tiempo para los entrenamientos, porque el entrenador, Alberto Suárez, quiere que su plantilla no se relaje y le ha puesto el reto de tratar de superar al filial del Barcelona.