Las dudas se despejaron en Ponferrada, donde el Sporting se dejó sus últimas opciones de jugar la promoción. Hasta el sábado, la planificación deportiva había trabajado con dos alternativas: una para Primera y otra para Segunda División. Tras el fiasco de El Toralín, el Sporting ya puede activar el llamado plan B. El discurso oficial pasa por competir con profesionalidad en las siete jornadas que quedan y agotar hasta la más remota opción de alcanzar el objetivo. En la sombra, el club intensificará los movimientos para cerrar cuanto antes los acuerdos con aquellos jugadores a los que lleva meses siguiendo.

El Sporting ya sabe desde mediados de abril en qué categoría va a jugar la próxima temporada y eso le permite adelantarse a los que serán sus rivales directos la próxima campaña. Los rivales de la zona alta mantienen la incertidumbre de saber en qué categoría van a competir. Tampoco está claro qué equipos descenderán de Primera. Los futbolistas que pretende el Sporting son codiciados por otros clubes, llegarían libres y tienen recorrido. De hecho, algunos prefieren esperar antes de comprometerse, ante la posibilidad de recibir alguna oferta de Primera.

Un nuevo año en Segunda implicará la necesidad de apretarse el cinturón. Esta temporada, el Sporting tenía uno de los presupuestos más altos de la categoría con unos 30 millones de euros, de los que en torno a siete iban destinados a la plantilla deportiva. El club pudo asumir ese esfuerzo gracias a los traspasos realizados en un intento por regresar a Primera de forma inmediata. Las cosas se torcieron muy pronto. La marcha deportiva fue deficitaria y las previsiones económicas para el ejercicio se descuadraron. El relevo en el banquillo supuso un gasto imprevisto, el equipo incorporó a dos jugadores en el mercado de invierno y no pudo celebrar los dos días de ayuda al club que tenía previstos.

El presupuesto de esta temporada será inasumible la próxima campaña. El club sigue afrontando los pagos de la ley concursal, que se suman a las gastos ordinario de cada ejercicio. El presupuesto para la plantilla rondará los tres millones la próxima temporada y la entidad tendrá que acudir al mercado para traspasar a alguno de sus mejores futbolistas. Habrá también otro tipo de salidas, porque una de las prioridades será también la de librarse de las fichas más altas. Cuéllar, Trejo y Canella son los tres jugadores con más mercado de la actual plantilla rojiblanca.

Lo que parece seguro es que el vestuario sufrirá una importante renovación este verano. La prioridad pasa por intentar retener a los talentos más jóvenes y rodearlos de futbolistas con experiencia y recorrido que lleguen al club con la carta de libertad y con una ficha asumible. En las próximas semanas, el Sporting realizará los primeros movimientos con vistas a la incorporación de jugadores. Además, el club ingresará 1,5 millones por De las Cuevas si Osasuna logra salvarse.