Un Marino muy ordenado y bien asentado sobre el campo Pepe Ortiz de Mareo logró una justa victoria ante el Sporting B con un bonito gol de Robert. Fue un balón de oxígeno para los de Quirós, que aseguran la permanencia debido a la derrota del San Sebastián de los Reyes ante el Tenerife. También con el triunfo canario el Sporting B está virtualmente salvado, ya que los rojiblancos tendrían que perder los dos partidos y a su vez los madrileños ganarlos y recuperar nueve goles que tiene de desventaja.

El partido de Mareo comenzó muy disputado por ver quién mandaba en el centro del campo y también resultó entretenido. La primera acción relevante fue de Alex Serrano (min. 7), que peinó de cabeza un gran centro de Alex Menéndez, que salió rozando el poste. La réplica vino en un falta directa ejecutada por Adrián Cruz por encima del larguero, dos disparos del peligroso ex rojiblanco Diego y sobre todo en un cabezazo de Alex Arias (min. 34), que rozó el palo.

Tras el descanso llegó pronto el gol de Robert, tras superar en la línea de fondo a Sergio Menéndez y de fuerte disparo marcó, aunque Dennis llegó a desviar algo el balón. El tanto le hizo mucho daño al Sporting B de Abelardo, que había perdido ya al central Moisés por problemas en su rodilla lesionada.

Todo esto lo aprovechó bien el Marino para saber marcar los tiempos del partido juntando más las líneas, cerrando los ataques alocados rojiblancos y provocando buenas contras. Pero hubo ocasiones para ambos lados, como una falta directa de Alex Arias que pasó cerca del poste. Aunque luego un cabezazo de Pablo Pérez lo saca Saavedra o un disparo de Barrera lo vuelve a tapar el mismo jugador.

Y los de Quirós pudieron marcar en un córner olímpico de Alex Arias que desvió con apuros de puños Dennis y el balón lo recogió el mismo futbolista que de impresionante disparo parecía que se iba a colar el balón, pero de nuevo Dennis en una magistral parada lo desvió. En los últimos minutos la experiencia del Marino hacía que tuviera el balón e incluso que no arriesgara para perderlo porque esta victoria era trascendental y así se llegó al final.