Mareo vivió ayer minutos de mucha tensión y dramatismo. Cristian Bustos sufrió una crisis epiléptica durante el transcurso del entrenamiento que obligó a la rápida intervención del doctor Gonzalo Revuelta. El alicantino cayó desplomado repentinamente en el campo número 2 de la Escuela de Fútbol rojiblanca. Perdió la consciencia durante unos minutos e inició un cuadro convulsivo. Tuvo que ser entubado y ser sometido a ejercicios de reanimación por parte del médico del Sporting y, a continuación, fue evacuado al Hospital de Cabueñes, donde permaneció en observación. Bustos fue dado de alta a última hora de la tarde y será sometido en los próximos días a nuevos estudios neurológicos.

Cristian Bustos comenzó la jornada de entrenamiento con aparente normalidad. Se ejercitó al margen del grupo, como en los últimos días, debido a que está recuperándose de una rotura fibrilar. Inició una serie de pases de balón con Landeira, también lesionado, bajo la supervisión del rehabilitador Lorenzo del Pozo. Al realizar un nuevo ejercicio, el alicantino cayó desplomado repentinamente a la altura de la portería más próxima a los vestuarios del campo número 2 de Mareo. Las alarmas se encendieron cuando empezó a convulsionar sobre el suelo. Del Pozo comprobó que había perdido la consciencia y dio la alerta al médico del club mientras colocaba al jugador en posición decúbito lateral para favorecer su respiración. Inmediatamente, Gonzalo Revuelta procedió a entubar al alicantino e inició ejercicios de reanimación, según refleja el Sporting en su página web. Una intervención justificada en que el jugador perdió durante unos segundos la respiración.

Bustos fue estabilizado sobre el terreno de juego, donde comenzó a recuperar la consciencia, aunque con una fase posterior de desorientación. Poco después fue retirado en camilla hacia una ambulancia dotada con soporte vital avanzado que esperaba junto al campo número 2 de Mareo, para trasladarlo al Hospital de Cabueñes. El rojiblanco registraba heridas en el rostro provocadas por el desvanecimiento. Gonzalo Revuelta y buena parte de la plantilla se desplazaron también al centro médico para seguir la evolución del alicantino y acompañar a sus familiares. Fue sometido a varias pruebas a lo largo del día que acabaron determinando el diagnóstico: crisis epiléptica. En su historial figuraba otro episodio similar, vivido en julio de 2011, cuando militaba en el Celta.

Todo el club se movilizó en torno a Cristian Bustos. Durante el percance, además del rehabilitador Lorenzo del Pozo, también colaboró en su reanimación el masajista Diego Lobelle. Cuéllar y Landeira, que se hallaban a pocos metros de Bustos cuando sufrió el desvanecimiento, también intentaron echar una mano al equipo médico ante la mirada sobrecogida del resto de sus compañeros. Incluso un aficionado que seguía la sesión en Mareo, ATS de profesión, se prestó a colaborar y aportó un maletín de primeros auxilios que finalmente no fue necesario. Sandoval, que se encontraba en el vestuario cuando ocurrió el percance, decidió suspender el entrenamiento.